Cuando se decidió que no haya actividad de Primera División en el fútbol salteño este año, el motivo no tuvo que ver con el riesgo para la salud de los protagonistas, sino con la precariedad económica que iba a implicar jugar sin público.
Salto Uruguay planteó jugar de todas maneras en divisiones formativas y se le respondió que era «contradictorio» a su postura de no jugar en Primera, porque también se ponía en riesgo la salud de los juveniles.
Está claro que cuando se piensa en jugar se lo hace en función de una situación sanitaria al menos aceptable, cumpliendo con los protocolos que exijan las autoridades de Ministerio de Salud Pública a nivel nacional, por lo tanto no se aplica el argumento de «riesgo» para ninguno de los dos casos.
Primera División debería jugar sin público y eso no es posible porque generaría grandes pérdidas económicas, pero no es el mismo caso para las categorías menores. Es a lo que se aferran los entrenadores, jugadores juveniles y algunos dirigentes para que no se baje el telón para las formativas este año.
