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“Don Garaventa hizo la cava y con la arena los ladrillos. Y los vecinos del Salto, señorales casas construyeron. Mesie Toucón colocó los postes, más al norte de la cava. Y con la línea telefónica los vecinos del Salto con los de Concordia, se comunicaron. ¡Gracias a Garaventa y Mesie Toucón! Dos parajes nacieron a la orilla del Uruguay. Y los vecinos del Salto Oriental con cariño le llamaron «Las Cavas» y «El Cable». Don Orestes Lanza la idea germinó, de crear un balneario en la costa del Uruguay. Los señores Concejales el proyecto aprobaron y entre Las Cavas y El Cable el balneario surgió. En 1929 el balneario se inauguró, con un reglamento, carpas y casillas, así se inició. Por la seguridad boyas de ceibo se colocó, Y los bañistas supieron hasta dónde nadar”.
Letra: Cary de los Santos Guibert.
FOTOGRAFÍA
En la imagen en el Balneario Las Cavas. Al centro mi abuelo Miguel «Guecho» Guibert Arregui y mi madre Gloria María «Lolita» Guibert Fernández. En el horizonte: a la izquierda, los talleres de los astilleros salteños y a la derecha, la sede de material del Club Remeros Salto en construcción.
ORDENANZA PARA BAÑOS DE 1921
Previamente a la colocación de Garitas y Carpas, los concesionarios debían solicitar el permiso correspondiente a las autoridades municipales, concedido éste, se autorizaba a realizar el servicio en la costa del río Uruguay y en las zonas destinadas para baño público. En cada zona habilitada de baños, las carpas y garitas deberían distribuirse en líneas paralelas, mediando entre cada una, una vez armadas, un pasaje de un metro e inclusive las mismas deberían estar ubicadas a una distancia no menor de diez metros del límite de las aguas.