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Martes 25 de Noviembre, 2025 62 vistas

La transformación digital en el riego plantea un nuevo escenario tecnológico

INIA Salto Grande fue el punto de encuentro para productores, técnicos, asesores, investigadores, estudiantes y empresas AgTech en una instancia pensada para mirar hacia el futuro en la adopción de tecnologías digitales que permitan gestionar con mayor precisión el riego y el uso del agua. 
La jornada del martes 18 de noviembre se tituló "Desarrollo de tecnologías para facilitar el manejo del riego". En la misma, la Ing. Agr. Cecilia Berrueta, investigadora de INIA, explicó el concepto y el manejo de la herramienta digital FertiRIEGO Horticultura, diseñada para mejorar decisiones en uno de los rubros más intensivos del país, como lo es el cultivo de tomate. 
Además, se reunieron empresas que participaron del proyecto CONVERGE, un programa mediante el cual INIA valida soluciones tecnológicas nacionales, otorgando un respaldo institucional clave para su adopción. En este sentido, Berrueta dijo que "las empresas tienen una solución tecnológica, INIA hace la validación, ellos reciben ese certificado y eso les permite vender sus soluciones con más respaldo".
La dinámica de trabajo implica ensayos, monitoreo, análisis de campo y acompañamiento de técnicos especializados. Según Berrueta, "la lógica es que INIA vaya aliándose a empresas y a soluciones tecnológicas a través de la validación técnica", fortaleciendo así un ecosistema de innovación que necesita cercanía, rigor y articulación público-privada.
Hacia un riego inteligente
Uno de los puntos fuertes de la jornada fue la presentación de desarrollos digitales centrados en automatización, sensoramiento e Internet de las Cosas (IoT). Los sistemas exhibidos permiten monitorear humedad del suelo, activar riegos, programar fertilizaciones, registrar consumos y generar alertas en tiempo real. Estas innovaciones, explicó Berrueta, "tienen que ver sobre todo con la automatización, el sensoramiento y el Internet de las cosas; va por ahí el asunto".
El enfoque no es únicamente tecnológico. Se trata de integrar datos, mejorar estrategias y facilitar decisiones rápidas y basadas en evidencia. Por eso, la herramienta presentada por INIA en 2024, se posiciona como un primer escalón dentro de esa transformación. "Mi presentación se enfocó en la aplicación Fertirriego Horticultura, como una herramienta digital para el manejo del fertirriego en el cultivo de tomate adaptado a Uruguay", dijo.
Si bien la aplicación todavía no automatiza directamente los equipos de riego, constituye la base conceptual y operativa para avanzar en esa dirección. "Fertirriego Horticultura es el primer paso hacia la automatización; la idea es construir un sistema fuerte y sólido que permita automatizar operativas en el campo", subrayó.
Adopción de la tecnología
"Más que nada, el punto medular es la adopción" de la tecnología, afirmó la investigadora. Desde su lanzamiento en noviembre de 2024, la herramienta cuenta con 250 usuarios registrados, que ya acumulan más de 2.000 usos. Para un producto nuevo, dirigido a un sector muy tradicional en su toma de decisiones, el avance es significativo. "Estamos súper contentos con la adopción y con el uso, sobre todo entre los técnicos asesores", reconoció.
En los primeros acercamientos, la herramienta generó dudas y cierta resistencia, algo esperable ante la introducción de metodologías digitales en sistemas donde predomina la experiencia y la observación. "Al principio parecía una cosa rara, que generaba desconfianza", recordó. Pero la consistencia de la información, la adecuación al contexto local y el soporte técnico permitieron que la adopción creciera rápidamente.
Ese crecimiento es particularmente fuerte entre asesores técnicos, usuarios clave para traducir los datos en decisiones operativas. La investigadora insistió en que la digitalización no es solo un cambio tecnológico, sino también cultural. "Hay un cambio cultural. Pasar de decidir 'al ojo' a basarse en mucha información".
Una herramienta adaptable a múltiples rubros
Aunque la aplicación se desarrolló específicamente para tomate, su enfoque metodológico es replicable. "Este tipo de forma de analizar problemas y dar soluciones puede aplicarse a cualquier sistema productivo", explicó. Mencionó citrus, frutales y sistemas agrícolas como ejemplos concretos, aunque advirtió que la adaptación requiere trabajo previo, tal como ocurrió con el tomate.
La plataforma permite monitorear variables críticas, comparar escenarios y proyectar decisiones según las necesidades de cada cultivo. Y si bien adaptar cada rubro lleva tiempo, la estructura técnica y conceptual ya está construida. "Tenemos una base hecha, un piso hecho", aseguró, destacando que uno de los mayores aprendizajes del proceso fue comprender cómo evolucionan los usuarios en su relación con la herramienta.
La aplicación, además, se complementa con herramientas externas para medir nutrientes y monitorear parámetros en campo. En Salto, por ejemplo, se trabaja con la familia Gallino, en un proyecto piloto que integra Fertirriego Horticultura con otros sistemas digitales. Berrueta destacó esa experiencia como un ejemplo tangible del uso real: "Estuvimos filmando un video sobre su experiencia, combinada con monitoreo de nutrientes".
Del riego tradicional al fertirriego de precisión
En la entrevista, la ingeniera recordó el impacto que tuvo la difusión del riego en la década de 1980, impulsada por técnicos uruguayos-israelíes y adoptada progresivamente por productores frutícolas y hortícolas. Ese cambio transformó la competitividad de la región y modificó la dinámica productiva de Salto y otras zonas del país.
Hoy, dijo Berrueta, el próximo paso es el fertirriego, un sistema que permite aplicar nutrientes a través del agua, con precisión y eficiencia. "En los sistemas intensivos como los hortícolas y frutícolas, donde los costos de producción son altísimos, estas cosas van a marcar la diferencia", afirmó. Para ella, el fertirriego de precisión será "uno de los cambios más importantes después del riego".
La lógica es simple: a mayor precisión, mejor eficiencia productiva y menor desperdicio de recursos. Por eso, la investigadora definió la técnica como la búsqueda de "darle a la planta exactamente lo que necesita para crecer y optimizar su crecimiento".
Las herramientas digitales permiten interpretar datos del suelo, del clima, del sistema de riego y del desarrollo del cultivo, para ajustar los aportes de agua y nutrientes en función de necesidades reales. En un contexto de costos crecientes, riesgos climáticos y exigencias de eficiencia, el fertirriego aparece como una vía indispensable para mejorar rentabilidad y competitividad.
Cómo cambia la toma de decisiones
Uno de los aspectos más relevantes de la charla de Berrueta fue la descripción del camino recorrido entre el desarrollo de la herramienta y su uso en campo. La investigadora explicó que el proceso de adopción no es inmediato: requiere capacitación, acompañamiento y demostraciones prácticas. "Vimos cómo de a poco los técnicos y productores van generando confianza en la herramienta", dijo.
Ese tránsito implica pasar de una lógica "muy al ojo" -como describió gráficamente- a una sustentada en datos. Esto modifica rutinas, incorpora nuevas preguntas y redefine el rol del técnico asesor. Las decisiones dejan de basarse únicamente en la experiencia acumulada y comienzan a apoyarse en indicadores, curvas, registros y proyecciones.
En este sentido, Berrueta resaltó que el usuario final no es solo el productor. Los técnicos son actores fundamentales para consolidar el cambio cultural y acelerar la adopción de nuevas tecnologías. La aplicación, en ese marco, facilita la comunicación entre técnico y productor, permite documentar procesos y transforma discusiones subjetivas en análisis objetivos.
Un ecosistema que se fortalece
El crecimiento del AgTech en Uruguay requiere articulación entre investigación, empresas y productores. La jornada de INIA Salto Grande representó un ejemplo concreto de ese modelo. Empresas nacionales que desarrollan sensores, automatización y plataformas digitales expusieron sus avances, recibieron certificaciones y dialogaron con usuarios potenciales.
Ese círculo virtuoso -desarrollo, validación, adopción- constituye un pilar estratégico para la transformación tecnológica del agro. "INIA valida las tecnologías propuestas por empresas del país, y eso les da respaldo para ofrecerlas con más seguridad", explicó Berrueta. Esta sinergia permite reducir riesgos, acelerar procesos y mejorar la confianza en herramientas emergentes.
En una región donde el riego es clave para el rendimiento, la calidad y la estabilidad productiva, iniciativas como el programa CONVERGE y el desarrollo de soluciones informáticas orientadas a la gestión del agua cobran especial relevancia. El objetivo, según la ingeniera, es claro: "automatizar operativas en el campo de riego o fertilización con sistemas sólidos y adaptados al país".
Un futuro donde la digitalización será indispensable
La entrevista cerró con un mensaje contundente: la digitalización del riego y del fertirriego no es una tendencia pasajera, sino un proceso estructural. Para la investigadora, esta transformación marcará un antes y un después en la horticultura y en los sistemas frutícolas. "En sistemas intensivos, estas cosas van a marcar la diferencia", aseguró, dejando en claro que la precisión será la clave para sostener la competitividad en un sector de márgenes ajustados y exigencias crecientes.
La integración de sensores, plataformas digitales y automatización, junto con herramientas como Fertirriego Horticultura, permitirá que técnicos y productores redefinan su forma de planificar, ejecutar y medir el manejo del agua y los nutrientes. Un cambio profundo, cultural y tecnológico, que ya comenzó y que seguirá avanzando.