Por Andrés Merino
Parece que la «Coalición Multicolor» salteña encontró la peor de las soluciones de cara a las próximas elecciones departamentales: votar divididos.
Linda manera de patear el penal a la tribuna.
Todo indica que comparecerán tres tercios en la elección departamental, a saber: 1) Frente Amplio, la clásica bolsa de gatos, todos peleados pero votando juntos a la hora señalada, con el Intendente Lima en busca de la reelección. 2) Partido Nacional con viento en la camiseta por los resultados de la pasada Elección Nacional y con apoyo de un sector de Cabildo Abierto y del Partido Independiente. 3) Partido Colorado, solito, confiado en la experiencia política de Coutinho para empujar hacia un triunfo.
Lo cierto es que votos más, votos menos, son tercios a esta altura del partido, según cómo se orejean las cartas.
Las personalidades fuertes coloradas y blancas aparentemente no encontraron la forma de ponerse de acuerdo, sin tener en cuenta que el objetivo principal es evitar un nuevo triunfo frentista. Aunque suene duro y políticamente incorrecto, de eso se trata: de sacar del gobierno de todo el país a esta gente que tanto mal le ha hecho al Uruguay. Claro que no encontrarán ustedes a ningún político que admita esto, pero como a mí no me duelen prendas, lo digo con claridad meridiana: hay que desplazar de todos los centros de poder a gente que responde sin vueltas a ideas totalitarias que han buscado pulverizar nuestros valores democráticos. No en vano el Parlamento Europeo acaba de equiparar al Nazismo con el Comunismo, cosa que parece haber pasado desapercibida por estas latitudes, y en Salto es clara la influencia de grupos marxistas apoyando al Intendente Lima. Las cosas por su nombre.
Pero los líderes de los partidos de la Coalición Multicolor hacen otras cuentas, y cada uno se prueba el traje de próximo intendente, a mi gusto prematuramente.
Supongamos que gana el Partido Nacional con el apoyo cabildante; y resulta electo Intendente el Dr. Albisu. O viceversa: gana el Partido Colorado; supongamos además que al ser mayoría, pero no suficiente para aprobar determinados temas, deberán ir por otros apoyos firmes en la Junta Departamental, que buscarán sin dudas en tiendas de socios de la Coalición Multicolor. Supongamos también que deberán ofrecer algunos espacios de poder en la comuna (direcciones) para asegurarse esa vital colaboración. Entonces me pregunto, ¿por qué no haber pactado ahora esa distribución de poder y comparecer a la elección con una opción multicolor robusta que no arriesgue un triunfo frentista? Total, el resultado es el mismo: una coparticipación en el gobierno departamental.
La Iglesia Católica para la elección papal tiene un sistema de casi dos mil años de antigüedad para solucionar estas situaciones: se encierra a los cardenales bajo llave y hasta que el tema no esté debidamente laudado y con fumata blanca de por medio, se podrá congelar el Infierno pero los cardenales no salen.
Sin pretender elevar a la categoría de cardenal ni a Coutinho ni a Albisu u otros postulados, no estaría de más que tuvieran en cuenta ese ejemplo de supervivencia política. Así es señores, reunirse y tirar la llave hasta que no haya una solución potable para recrear en Salto la Coalición Multicolor. Es que el objetivo es superior: se trata de mandar para sus casas a quienes han tugurizado este país y han pulverizado nuestros más elementales valores de convivencia familiar y social, no siendo nuestro departamento una excepción e incluso liderando con ejemplos de desintegración y delincuencia la media nacional.
El daño que el Frente Amplio le ha hecho al Uruguay es tremendo, y si la Historia nos da una oportunidad de intentar reparar el tejido social, hay que aprovecharla, y saber utilizar el triunfo alcanzado por la coalición en las pasadas Elecciones Nacionales.
¡Que no la pateen a la tribuna por favor!
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