Por Gerardo Ponce De León
Siempre he sentido que el mayor depredador es el ser humano, y no deja de tener razón, este dicho popular. Según gente que está en el “ruido” una de las reservas de pájaros, están en los montes de los dos ríos Arapey.
En el correr del tiempo, uno va viendo ciertos animales que son comunes verlos en el camino que uno recorre asiduamente. Así veo 4 pavas de monte; venados o ciervos, y pájaros. En la medida de que pasan, algún feriado largo, son más raros de verlos. En el establecimiento agropecuario, hemos llegado a contar 40 carpinchos, que se tiran al agua, frente a nuestra presencia.
Hoy día la cosa a cambiado brutalmente, las pavas no están más; los venados tampoco, y para ver un carpincho en el monte, se tiene que andar mucho y por un tiempo largo. Por más que no permito la entrada, ni a pescar, por nuestros costados la gente entra. Para que ustedes tengan una idea, se han encontrado a venados con una mano desarticulada o rota, una disparando y se llevan algo por delante, o en el último caso, producto de una bala.
Se que es muy difícil controlar esto, ya que es difícil tener control de las armas que tenemos, de lo que lleva la gente en sus vehículos.
De ahí que también se hace difícil el control del abigeato. Todo necesita una estructura muy grande, que significa plata (gente, medios de comunicación, autos)
Es tremendo y no admisible lo sucedido hace pocos días con la muerte del muchacho de 15 años que murió a consecuencia de un alambrado electrificado con 220. Pero, sin estar de acuerdo, hay que ponerse en el lugar del otro, que se le va la vida, si le llegar a robar algo. Ustedes dirán que tiene que ver la fauna y esto. Donde no existen los animales autóctonos, el robo va dirigido a los lanares, y si estos no existen, le sirve igual un vacuno.
En los costados de la ciudades, no hay lanares, si está la presencia de los tambos, a los cuales, le “golpea” y carnean vacas lecheras. También están los horticultores y acá lo que se llevan es: papa, cebolla, verduras y todos lo que se produce en este rubro.
Por eso traje lo de la muerte del muchacho, y a nosotros nos es imposible alambrar, eléctricamente, todo el entorno. Le tenemos que agregar el problema de los perros en el campo, cosa que el horticultor no es un sufrimiento más para agregar a sus problemas, que son muchos y complicados.
También les decía que es complicado el tener todas estas zonas controlada. Leía que en los países bajos, existen cárceles vacías; pero para llegar a esto tiene que existir un cambio muy grande de nuestra mentalidad. La base está en la educación, y cuando esta falla, aparecen todos estos tipos de problemas, la falta de respeto, la valoración de la libertad y la propiedad privada.
No puede ser que en país chiquito, en el cual da gusto vivir, dejemos entrar el miedo, que las ciudades pierdan su estética, las casas su arquitectura, porque tenemos que vivir detrás de rejas. No me preocupa tanto lo que les sucede a otros países, si me importa lo que le está pasando al mío.
¡Que trabajo le espera al nuevo gobierno, en este tema! Se que se van a “topar” con muchos problemas, como también cosas que están bien hechas.
Pero el problema más grande que se van a encontrar es que tenemos que empezar a cambiar la mentalidad, la forma de pensar y aprender a respetar.
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