sábado 20 de abril, 2024
  • 8 am

La culpa es del capitalismo

Leonardo Vinci
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Leonardo Vinci

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Por Leonardo Vinci.
En los últimos tiempos, la sociedad uruguaya ha quedado conmocionada por la muerte de varias mujeres víctimas de la «violencia doméstica».
Sin duda estamos ante hechos lastimosos y repudiables en cualquier sociedad civilizada.
Hay quienes reclaman cambios en la legislación, aunque también se escuchan voces que piden meditar con serenidad el fondo del asunto.
Lo que resulta inadmisible es que, cual carroñeras o necrófagas, algunas mujeres pretendan hablar por todas las de su género, mientras sirven a fines políticos partidarios y se aferran a dogmáticas ideologías.
Recuerdo que la vocera de una coordinadora de feminismos declaró respecto a estos episodios: «Entendemos que es un problema estructural, que tiene que ver con este sistema capitalista y patriarcal» que vivimos.
Es imposible permanecer en silencio cuando se usa la fatalidad como bandera y la muerte como estandarte.
Rechazamos de plano y con todas nuestras fuerzas semejantes declaraciones disparatadas.
Resulta increíble que con tanta liviandad, ante la desgraciada muerte de una persona, pueda echársele la culpa al «sistema capitalista».
¿Qué culpa tendrá el capitalismo?
Ni siquiera en sus más oscuras pesadillas, a Adam Smith se le pasó por la cabeza que algún día iba a ser acusado de provocar la muerte violenta de mujeres por parte de sus esposos.
Smith escribió en 1776 su obra de Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones. En ese trabajo, planteó como primera idea que «… la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo».
Y en segundo lugar, basándose en las ideas fisiócratas, Adam Smith opinaba que la economía debe funcionar lo más libre posible. Decía este pensador que «los productores intentan obtener el máximo beneficio pero, para lograrlo, deben producir los bienes que desea la comunidad. Los consumidores intentarán comprar los mejores productos al mejor precio. Se producirá entonces competencia y las empresas mejorarán y de ello se beneficiarán los consumidores».
Naturalmente, se podrá compartir o discrepar con las ideas del economista y filósofo escocés, pero es un absoluto dislate, porque es un dicho que no tiene razón ni sentido y fuera de toda lógica, echarle la culpa al capitalismo de la violencia familiar.
Esta irresponsabilidad es más grande de lo que parece, ya que resulta obvio que estas expresiones no responden al dolor de la sociedad y a la preocupación por la escalada de hechos desgraciados, sino que siguen los lineamientos de enemigos declarados del capitalismo.
Repudiamos que se politicen de forma tan desvergonzada estos hechos.