Por Gerardo Ponce De León
Puede ser que nos encontremos con un nuevo resurgir de la naturaleza, pero hay tantas cosas que nosotros los hombres hemos destruido, aniquilado, que creo sea muy difícil reconstruir o verlos de nuevo. En esto, me estoy refiriendo a pájaros, animales, flores y clima. Van a tener que pasar muchas generaciones y consientes de lo que se busca para reponer en parte esas especies que hemos hecho desaparecer.
Pero la naturaleza por si sola lucha para sobrevivir, y tenemos la obligación de dejarla que ella siga su desarrollo, aunque ello signifique un cambio muy grande de mentalidad. Es imposible ver de nuevo, cardenales amarillos si no cuidamos dejamos y protegemos a los que hay. Los osos hormigueros, aguara –guazú, hasta aunque parezca mentira las lechuzas. Estos animalitos son punto de tiro para ir probando su puntería los cazadores de liebres, con el resultado de que casi no se veían en los alambrados. Es muy cierto, se puede decir, que la población de ciervos y venados en nuestro país es importante, se les ve, se pasan por delante y hasta chocan o provocan accidentes vehiculares, pero que cosa agradable es ver una bandada de ellos en los campos. Muchos se quejan porque hacen daño y es cierto, pero ¿No seremos nosotros que le hacemos daño primero?
Muchos me dirán que es para hacer comida, que se invade los dominios de los animales, pero parece el mundo de al revés, por un lado hacemos, por otro se mueren de hambre y tiramos cantidades que están calculadas de comida y no es poco lo que se desperdicia. También tenemos que tener en cuenta que cuando se invade esos terrenos, usamos toda la artillería de cosas que se disponen sin medir o ver las consecuencias que tiene nuestra posesión del terreno. Acá pasa por la salud de nosotros.
Cuantas veces, por el motivo que sea, inyectamos un remedio y no se respeta el período de espera que se nos pide para que se pueda consumir el producto que podemos obtener (carne, leche) y ¿qué hacemos? Nos callamos la boca, entra el silencio, si es cierto que se soluciona nuestro problema, y ¿él que podemos causar? Podemos tener la suerte de que no se revise la tropa (no sé cómo es hoy el sistema) y si lo hacen y aparecen residuos tóxicos para el ser humano, se nos puede agregar otro problema que se llama multa o sanción.
Si nos duele el bolsillo, aprendemos enseguida. Somos animales, nos pegan, nos duele y así aprendemos. No vemos, nos lamentamos y cuando vuelven a aparecer, cuidamos. Bueno sería que apresáramos o matásemos la nueva posibilidad que nos da la naturaleza, de poder tener de nuevo, algo que se había perdido o creíamos extinguido.
Este mal que, hoy día, tenemos a nivel mundial, nos está diciendo: “PAREN”, nos está enseñando que íbamos por el camino equivocado. Creo que nos está despertando a una nueva forma de vida nos quiere enseñar a respetar, cuidar y proteger a la naturaleza. Nos está pidiendo que paremos de agredirla, que veamos y velemos por el ser humano que está a mi lado. A otros les estará diciendo que sigan como venían.
Cada uno sabe muy bien donde le aprieta el zapato y si nos duele buscamos enseguida de que dicho dolor desaparezca. La naturaleza nos está diciendo que le estamos haciendo doler, como no se le hacía caso nos da un golpe violento y duro nos despierta.
Ojalá que aprendamos la lección y le hagamos caso, cambiemos nuestros errores y dejemos que tiene derecho vivir a la naturaleza.
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