viernes 26 de abril, 2024
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«Como decíamos ayer…»

Leonardo Vinci
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Leonardo Vinci

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Por Leonardo Vinci
La Fundación Camino de la Lengua Castellana cuenta en pocas palabras la historia del poeta granadino Fray Luis de León (1527-1591), quien se educó en Salamanca y allí se graduó en Teología, obteniendo la cátedra de esta materia.
En el ala norte de la Universidad se conserva el aula donde Fray Luis de León impartió clases, tal y como se encontraba en aquellos años. El salón es austero y conserva los bancos donde descansaban los estudiantes, hechos con vigas de madera sin trabajar, que servían de asiento y pupitre. También se encuentra la tribuna corrida para los graduados y la cátedra con el pupitre destinada al lector.
Desde esta aula Fray Luis dijo aquello de: «Como decíamos ayer», después de permanecer encarcelado durante cinco años. Había sido procesado por la inquisición de Valladolid como sospechoso en materia de fe, acusado de haber traducido libros santos a la lengua vulgar.
Según la tradición, Fray Luis habría escrito desesperado por lo injusto del proceso en las paredes de las cárceles de Valladolid: “Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado…”
A su vez, la publicación digital del Teatro Solís, rescata un episodio vivido por Don Miguel de Unamuno, quien en la soledad de su despacho se preparaba para volver, luego de seis años de destierro y exilio.
Ante el miedo de no saber qué decir luego de años de distancia, de no traicionar sus expectativas y las de los demás, buscó en cada rincón de su memoria, en cada rincón de su despacho los elementos que le permitieran cumplir con tan significativo encuentro.
Las primeras palabras del escritor y filósofo, de la Generación del 98, en la ceremonia de la entonces llamada Fiesta de la Raza, aniversario del descubrimiento de América, fueron las mismas utilizadas por Fray Luis: «Como decíamos ayer».
Sucedió el 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca cuando fue restituido a su puesto de rector, a las puertas ya de la Segunda República y tras volver de su destierro en París y Fuerteventura, destinos donde había sido mandado por la dictadura de Primo de Rivera en 1923.
Y aunque lo nuestro no tenga nada de original, también podríamos decir “Dicebamus hesterna die” (Como decíamos ayer), cuando en las próximas horas volvamos a encender los equipos transmisores de CX 293 Emisora del Éxodo y reiniciemos la labor de la Radio que fuera clausurada ilegalmente hace 12 años.
Siguen vigentes los propósitos que anunciamos con mi padre originalmente cuando afirmamos que nos proponíamos “seguir la misma orientación que a través de toda su existencia ha tenido Radio Cultural: recoger las inquietudes populares, alentarlas en el afianzamiento de las instituciones democráticas, impulsar el pluralismo ideológico, ser centro receptor de anhelos colectivos, promover el diálogo constructivo, que es gérmen de progreso y factor decisivo en las realizaciones más perdurables.
Así como Radio Cultural tuvo una reconocida militancia en la lucha contra los totalitarismos que amenazaban la integridad de la República, condenó siempre la violencia y defendió fórmulas de connivencia basadas en el acatamiento de la Ley y en la observancia del orden jurídico, como suprema expresión republicana, nos proponemos mantener indeclinablemente esas banderas en la onda de la FM.
El acceso de todas las corrientes religiosas, filosóficas, políticas e ideológicas- que no entren en fricción con los postulados esenciales de la República- ha sido preocupación constante, lo que ha permitido la controversia, que sirve para la decantación de los principios a través del enfrentamiento polémico que es consustancial con la democracia…”
Vuelve a transmitir la Emisora del Éxodo que estuvo silenciada, pero que siguió viva en el corazón de los salteños.