Por el Dr.
César Suárez
Colegio Médico
del Uruguay
Consejo Regional Norte
La buena o mala salud está relacionada con el promedio de la situación de diferentes sistemas del organismo donde habitualmente, de acuerdo a la genética de cada individuo se dan ciertas susceptibilidades que afectan más o afectan menos a diferentes órganos y como “la piola” se corta por el lado más fino, cada uno padece especialmente de algún área más que en otra.
Hay personas que sufren de sensibilidad alérgica especial que suele afectar sobre todo a la piel y al sistema respiratorio, hay otras personas que su debilidad esté en el sistema digestivo u óseo, articular, neurológico, psicológico, visual, auditivo, cardíaco o circulatorio y, por consiguiente, cada uno se ve afectado de diferentes enfermedades acorde a la debilidad orgánica o emocional que tenga.
Cada persona descubre temprana o más tardíamente cuál es su órgano más sensible por lo que tendría que intentar protegerse debidamente de lo que les hace daño a efectos de preservar la salud en el mayor equilibrio posible, pero en la práctica, habitualmente eso no sucede y los daños se van acumulando en esos órganos más débiles hasta transformarse en una verdadera enfermedad.
Hoy nos referiremos a las debilidades del sistema circulatorio, especialmente el sistema venoso.
Hay personas que tienen alta tendencia a padecer en sus miembros inferiores dilataciones venosas denominadas várices que se van instalando en forma progresiva en el correr del tiempo.Las venas son una parte importante del aparato circulatorio y su misión es recoger la sangre arterial que llega oxigenada a los órganos, a los músculos y a la piel y llevarla de regreso al corazón y los pulmones para que se vuelva a oxigenar.
Las venas varicosas, aparte de transformarse en un trastorno estético, enlentece el llamado retorno venoso, generando alteraciones en la oxigenación de la piel, la sangre queda atrapada ya sin oxígeno, obstaculizando la llegada de sangre fresca, oxigenada, lo que lleva a un deterioro progresivo de la piel que primero pierde los vellos, después, se reseca, se queda de color ocre, se va esclerosando en forma progresiva y luego se termina ulcerando.
Pero lo importante de todo esto es que todos son trastornos previsibles y evitables con compresión elástica permanente. Hay profesiones que exigen permanecer de pie muchas horas por día y si no hay una debida contención externa, las venas se dilatan y comienza el camino irreversible. El Estado ha reconocido la gravedad de este problema y todas las personas que trabajan en condición de dependencia en forma reglamentaria, BPS, con orden médica les aporta 2 pares de medias compresivas por año, pero este recurso es eficiente si se comienza a usar en forma preventiva antes de que las várices se comiencen a formar. Si se comienza cuando las várices están instaladas, estas no retrocederán, pero igual será útil para evitar que el deterioro continúe. Sólo hay que usarlas.
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