sábado 23 de noviembre, 2024
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Experiencia de vida

Gerardo Ponce de León
Por

Gerardo Ponce de León

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Por Gerardo Ponce De León
En mi caso, no leo los escritos que hago porque entro a dudar y no quiero que suceda ya que siempre les escribo desde mi interior, lo que pienso y eso es lo que les envío. Recién leo el escrito del miércoles anterior y me doy cuenta de la repetición de palabras, lo que me trae a la memoria algo que, con afán de corregirme, me dijo, el Esc. Enrique Quique Cesio: “no te olvides que tenemos el mejor idioma, en riqueza de palabras, para usar”.
Sé que es un error que cometo muy seguido, pero tengo la tranquilidad que no soy buen escritor o columnista y si será cierto que más de una vez me he preguntado ¿por qué el diario no me dice “se terminó la changa”? Pensaba que estoy en este diario desde 2010, y les he fallado muy pocas veces. He tratado de hacerles saber de las tantas experiencias de vida que gracias a Dios me han tocado vivir. He tratado de mantener los nombres guardados en mi interior, pero creo que también corresponde “dar a Cesar lo que es de Cesar y a Dios, lo que es de Dios”.
Puede ser que cuando escribo, de pie a que se crea que son obras personales y las hacen otros y el que queda como “el bueno de la película” es en este caso, el que escribe. Reitero que nunca tuve, en mi propiedad, algún aparato de los que fueron para Teletón. Traté de dejarlo claro en el escrito pasado, pero, como escribí anteriormente, no entendió así para algunas personas.
Lo que sí tengo y lo hago, es agradecerle a Dios, que me permite hacer lo que hago vivir experiencias de vida que me permiten valorar lo que se tiene pensar más en los otros que en uno ya que en el caminar por distintas áreas sociales y ver o vivir cosas y hechos que escapan de lo que podemos imaginar y es para ellos “el pan nuestro de cada día”. ¡Cuántos desconocemos la realidad de tanta gente! Muchos vivimos dentro de nuestra burbuja y pensamos (egoístamente) que es ese el mundo que se vive. Es muy fácil mirar a nuestro costado y no ver la realidad. Como también es más cómodo no querer ver lo que se vive a nuestro costado. Realidad que impacta que se corre el riesgo de ser absorbido por la misma y la comodidad nos gana siendo muy común el “no te metas” o “no tengo tiempo” pero para hacer lo que me gusta o en donde estoy cómodo siempre tengo lugar y tiempo. Si habrá historias de vida, que parecen irreales, y están a nuestro costado. Hoy día, personalmente, trato de no meterme, pero lo que nos enseño a toda la familia, nuestros padres con el ejemplo que es la mejor de todas las enseñanzas con errores y aciertos se pierdan no lo podemos dejar que se apague. Si es cierto que no me involucro como antes, hasta si se quiere la exigencias nos lleva a mirar de otra forma, pero muchas veces no podemos con el genio y volvemos a las andanzas. Hoy contamos con más cancha para mirar las cosas no voy a ver como antes las realidades, pero si aprendí no lo hice y tampoco lo haré es dar consejos, les doy mi opinión y que hagan como con el té de carqueja “o lo tomas o lo dejás”. El escrito pasado fue muy largo por eso este es mucho más corto.