sábado 23 de noviembre, 2024
  • 8 am

La bendición de ser acariciados

Gerardo Ponce de León
Por

Gerardo Ponce de León

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Sol

Por Gerardo Ponce De León
Muchas veces nos quedamos con esa sensación de que egoísta que somos ya que podemos hacer muchas cosas la miramos y quedamos con eso, solamente miramos. Muchas de esas veces la idea de que podríamos hacer algo, está presente, y nos gana la comodidad y no lo hacemos.
¡Qué cosa linda es recibir una caricia, directa, al corazón! Algo que parece una bobada y el día que uno la recibe se siente el calor humano la gratitud, el amor que acompaña dicha caricia, mucho más si se hace en silencio, en el anonimato. ¿Usted cree que es difícil recibirla? Personalmente creo que no, que es algo que se tiene que hacer como algo natural, que hacemos, dicho acto, con naturalidad y por costumbre. Pero ¿somos capaces de hacerlo o jugamos para la tribuna?, ya que si está presente gente que me vea, la prensa o alguien que aplauda, hacemos “locuras” y ahí falta la naturalidad. No solamente falta eso, sino que no tiene ningún valor, ni como acto de bondad y menos aún, de solidaridad; está hecho porque nos ven.
Siempre le agradezco a Dios, que me hace directa o indirectamente, pero que me entero de casos que merecen ser destacados, y que cuando me entero y quiero felicitar a quien lo hizo, la frenada que me pegan es grande, “si decís algo no cuentes más conmigo”. Y quien me dice eso es de esas personas que sé que siempre están a la orden, ya que viven y ven la necesidad de quien está a su lado, y que se que no conocen, pero creen que lo que ellos hacen va con el fin que fue destinado.
Entonces tenemos en el camino muchas “piedras buenas” que pasar. Saber mirar para luego ver, ponernos en el lugar del otro con actitud y disposición de colaborar, confiar y estar dispuesto a no recibir ninguna compensación. En el momento menos esperado, recibimos directo al corazón, una caricia de AMOR. Cuando llega, solamente quien la recibe sabe y siente la alegría que da el tratar de palear, mínimamente, una necesidad.
Escuchaba en un mail, a un señor de Ghana, que había salido de su país por muchos motivos en busca de sentirse persona y no objeto. Analfabeto y en su periplo por llegar a Europa, pasó de todo y vio a su mejor amigo morir ya que se le hundió la “chata” al naufragar en el mar Mediterráneo, por exceso de carga y fragilidad. Decía que un plato de comida, soluciona un día pero que la real solución era la EDUCACIÓN. Después de oírlo, pensaba en que tema tan importante, necesario, básico, complejo es la educación. Y pensé ¿he dado gracias a Dios por la educación que recibí? Y qué triste, pensé, casi nunca, más nunca que sí. Y ¿usted?
Y el sentido de ayuda, solidaridad, aceptación, son parte de la educación con una diferencia, no se inculca por un libro, se aprende con el ejemplo y la práctica. El ejemplo es la mejor enseñanza, nos decían los “veteranos” y es la gran verdad.
No crean que quien escribe es un ejemplo o una referencia, ya que es más lindo mirar que ver, me da mucha rabia cuando veo que la comida que se da, que es la que uno comió, está tirada en la vereda, y tendría que no darle importancia, ya que después que se dio, dejo de ser de uno. El DAR tiene consigo una gran cultura o práctica, y quien la enseña es la vida misma. Ojalá podamos ser acariciados muchas veces por caricias directas al corazón.