Por Andrés Torterola.
El 16 de junio del año 1984 Uruguay se estremecía por el retorno del líder del Partido Nacional Wilson Ferreira Aldunate exilado político por la dictadura militar que gobernaba el país. CAMBIO entrevistó a su hijo -Juan Raúl Ferreira- quién afirmó que el tema del regreso a Uruguay estuvo siempre presente en las conversaciones familiares desde que comenzó el exilio. Wilson no tenía idea de la fecha, pero sí de las circunstancias en las que quería volver, así lo indica una carta que le escribe a Carlos Julio Pereira el 31-1-78, donde entre otras cosas decía que prefería estar preso en esas circunstancias, lo hacía sentir más útil, que luchando contra la dictadura desde el exterior.
SUS ANSIAS DE VOLVER
El triunfo de Presidente Argentino Raúl Alfonsín en octubre del 1983 y luego su asunción a la presidencia de la república en diciembre del mismo año aceleraron la llegada de Wilson al país vecino. Ferreira Aldunate ya había tomado la decisión de volver ese mismo año, su secretario Diego Achar y su hijo Juan Raúl Ferreira estaban coordinando muchas cosas respecto al regreso del último caudillo blanco. “Cuando mi viejo regresa a la Argentina hay un gran acto de masas en la “Federación de Box” que estaba lleno de uruguayos que habían viajado especialmente para escucharlo, al final de su oratoria Wilson manifiesta su voluntad y afirma “Yo voy”, un hecho curioso fue que muchas personas le gritaban que no viniera a Uruguay como sentimiento de protección. Liberado el 30 de noviembre de 1984, una caravana multitudinaria lo condujo hasta Montevideo. Entrada la madrugada del 1 de diciembre, Wilson Ferreira llegó a la Explanada Municipal, donde el Partido Nacional había organizado un acto de bienvenida al que se sumaron simpatizantes de todas las esferas políticas.
