viernes 3 de mayo, 2024
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Richard Silva y esa zurda que encantó a todos: «El fútbol me dio una hermosa lección de vida»

Una pegada exquisita lo llevó a debutar joven, a jugar junto a grandes en Peñarol de Montevideo y a ser campeón salteño varias veces. Richard Mario Silva, un grande del nuestro fútbol, en diálogo con CAMBIO nos cuenta su vida en el fútbol.
«Nací un 25 de octubre en calle Uruguay a la altura del 2200 entre la ruta y Elías Pascale. Vivíamos en la casa de mis abuelos, después con seis años nos mudamos, ya mis padres con casa propia en calle Bella Unión entre Uruguay y Brasil, donde había muchos espacios como para jugar al fútbol. En mis tiempos era la pelota, no existía la tecnología de hoy, mi infancia fue una de las últimas con campito, después la ciudad creció y se fueron terminando. Siempre digo, mi generación fue parte del campito, de donde han salido grandes jugadores. Por suerte lo tuve cuando niño y me dejó los mejores recuerdos, los regalos, la pelota y cuando se rompía esperar a que nos regalaran otra. Iba a la escuela 8, llegaba y a jugar fútbol con los gurises. Desde los 6 años jugando en el baby de Ferro Carril, hasta categoría 14-15, que era en cancha grande, siempre de puntero izquierdo y delantero goleador, también con selecciones de baby, salimos campeones nacionales en Durazno en Cebollitas; hice muchos goles. Mi primer técnico fue Aruaci Céspedes, que más que técnico fue un padre, un amigo».
«Como tenía llegada por izquierda, buen remate, pasaba bien la pelota, siempre fui delantero y puntero, me gustaba en el campito jugar de ’10’ volante por izquierda, época que el baby fútbol en Salto tenía muchos referentes y Céspedes lo era en Ferro, dirigía prácticamente todas las categorías. Después seguí en las inferiores de Ferro, en la cuarta el técnico era Walter Castro, estaba ‘Corcho’ Arrigoni también. En el 88′ viene a dirigir a Ferro ‘Quique’ Bruno, el año anterior se había retirado una generación importante, pero habían quedado Carlos Rodríguez Carvalho, ‘Indio’ Gularte, había venido de Montevideo Peyronel, y algún otro de experiencia, la mayoría eran jugadores formados en el club, ‘Pela’ Farías, Miguel Arregín, ‘Fili’ Olivera, Álvaro Silva, que jugaba al fútbol y al básquetbol. Los más gurises con 16 años éramos Pierre Vivas y yo».
Y DE ENTRADA CAMPEÓN
«Mi primer partido fue ante Arsenal, que estaba en la ‘A’, de grandes jugadores, Orlando Viera, ‘Peta’ Suárez, el ‘Loco’ Cuello. Mi primer año en primera era la cuarta de Ferro, una sub 19 y yo tenía 16. Como había muchos que jugaban por izquierda, delanteros o volantes, y no había lateral izquierdo, ‘Quique’ Bruno me dice ‘no te animás a jugar de lateral’ y de ahí en más hice toda mi carrera en ese puesto. Al principio me costó un poco la marca, me gustaba subir por el lateral. Después me afirmé en marca».
«En el 88′ con 16 años me toca salir campeón con Ferro, un campeonato muy parejo, nos fuimos afirmando de a poco, cuando el partido ganado valía dos puntos. A falta de dos partidos venía Gladiador dos puntos arriba y en la última fecha Salto Uruguay lo pasa por uno. Gladiador pierde esos dos partidos, y segundos con Gladiador terminamos Cerro, Deportivo, Nacional y Ferro. Entonces, antes de la liguilla jugamos un pentagonal, de donde salen los tres de la liguilla con Salto Uruguay, que estuvo más de mes sin jugar. A la liguilla entran Salto Uruguay con 2 puntos, Ferro 1.50, Deportivo con 1 y Nacional con 0.50. El primer partido le ganamos a Deportivo 3 a 2, el segundo partido a Nacional también 3 a 2 y el último a Salto Uruguay 1 a 0 en la hora, con gol de Peyronel. Nosotros con el empate lográbamos el campeonato porque Salto Uruguay había empatado un partido».
POR DEFENSOR Y PEÑAROL
«Después me vino a buscar Defensor de Montevideo. Estaba Ramón Romero, que había ido muy chico. El entrenador era Nelson Agresta con el profesor Radamel Ventura que era salteño, muy amigo de don Alfredito Onsi. Voy a practicar a Defensor con Pierre Vivas. El presidente de Defensor, Arzuaga, era muy amigo del presidente de Ferro, el ‘Chato’ González. Excelente el trato y me quedo en Defensor, pero como yo ya tenía los pasajes, vuelvo para después volver a Montevideo a Peñarol con Pierre Vivas y el ‘Carre’ Filippini. Habían llegado de Cerro Largo Robert Lima, Whasington Tais, el ‘Gallego’ Martínez que había llegado de Pando, y muchos jugadores que arrancan conmigo en esa cuarta dirigida por Duarte, que terminan ganando el quinqueño».
«En 1991 paso a la tercera, ahí dirigido por Ángel Cappa, que era el AT de Menotti en primera. Todo lo que ellos trataban de aplicar era velocidad, el toque corto, un fútbol moderno al que el jugador uruguayo no estaba muy acostumbrado. Los entrenamientos en aquel momento eran muy cortos, pero a la vez muy intensos, no se podía quedar parado, había que estar permanentemente moviéndose».
SALTO URUGUAY: SENTIDO DE PÈRTENENCIA
«Lo lindo en Salto Uruguay, más allá de los logros, pasó por la parte grupal, la cantidad de gente que apoyó, jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, hinchas, que para mí que era nuevo en ese club, hizo una relación entrañable con la gente que perdura en el tiempo. Había un sentido de pertenencia al grupo humano que se había formado. Nos quedó en el debe la Copa de Clubes de OFI. Tuvimos dos eliminaciones importantes, pero en el 98′ en semifinal con Defensor de Paso de los Toros, si pasábamos éramos campeones. Después la más recordada, en el 2000 ante Ituzaingó de Maldonado, que si hubiéramos ganado de local… que nos empatan 1 a 1, por más que nos ganaran de visitante había tercer partido en ese entonces. Pero en semifinal con Estudiantil de Paysandú jugando acá, nos sacaron muchas tarjetas y expulsaron jugadores, más lesiones, y cuando jugamos la primera final estábamos desmantelados, sino hubiéramos ganado acá y la historia hubiera sido otra».
«El fútbol me dejó una hermosa lección de vida, me hizo conocer mucha gente a la que aprecio y quiero, a algunos los tengo en el mejor recuerdo porque hoy ya no están. Estoy eternamente agradecido al fútbol, como esta nota a la que agradezco porque se acordaron mío, por lo que me fue mi vida en el fútbol».


El elogio de Menotti: «¿siempre le pegó así?»

«Al técnico Cappa le gustaba mucho mi pegada, como jugaba en corto, como hacía pases largos cruzados, por eso me ponía más cerca de los delanteros, la premisa de tener la pelota y jugar solo a un toque, que fue lo que más me marcó. Recuerdo que Menotti un día me pidió que pateara a los goleros de primera, que eran Fernando Alvez, el ‘Gallego’ Ferro. Se arrimó y me dice ‘¿usted siempre le pegó así a la pelota? Veo le pega muy bien de zurda’. Me preguntó de dónde era, habla con Cappa y le dice ‘este muchacho tiene que venir cuando hacemos fútbol’. Y empecé a ir a Los Aromos cuando hacían fútbol, jugando con los suplentes. Lo que más me impresionó cómo le pegaba a la pelota así nomás, sin entrenamiento, venía, le pegaba a la pelota con el empeine del pie, que fue lo que siempre me quedó; con la edad que tenía ponía la pelota donde quería, un exquisito el hombre».


«No estudiaba, fue un debe» pero jugó el clásico

«Cuando estábamos en Peñarol nosotros parábamos en calle Ejido 1080, casi Durazno. En esa pensión estaba Robert Lima de Cerro Largo, Osvaldo Carro de Colonia, Euler Correa de Salto, que jugaba en primera, Pierre Vivas y yo. Practicábamos en Las Acacias siempre en la mañana y de tarde como no estudiaba, que fue un debe mío, con la tercera hacíamos fútbol con la primera en Los Aromos. En tercera Ángel Cappa me puso como ’10’, volante por izquierda, en un cuadro donde estaban Paolo Montero, el ‘Zurdo’ López, el ‘Bomba’ Villar, el arquero Rabajda. Jugábamos en el Centenario de preliminar de la primera. Recuerdo haber jugado el clásico de los 100 años, que empatamos 0 a 0 y estuvimos cerca de ganar. Nacional con un equipazo, con Wanchope, Minguta, Cabillón de Paysandú. Al final terminamos con 9 jugadores».


«El gusto de integrar varias selecciones»

«Si bien salí muy joven campeón nacional con la selección juvenil de Salto, después tuve el gusto de integrar varias selecciones salteñas, un orgullo para cualquier jugador de fútbol. La primera fue con el ‘Pata’ Izaguirre de técnico, después con Jorge Soria, con el ‘Gringo’ Cavani, esa con el ‘Gringo’ fue una selección con la que perdimos la final en Mercedes con Soriano por diferencia de goles, salieron campeones ellos. Con la selección tengo lindos recuerdos también, como cuando le ganamos a Artigas en su casa después de veinte años».
«En el 89′ juego en una selección salteña juvenil y salimos campeones nacionales. La final la jugamos acá en el Dickinson ante un representante de Montevideo, que era la cuarta de Peñarol, que dirigía un exjugador como Juan Duarte. Empatamos 2 a 2 y les ganamos por penales. Patearon más de 10 penales cada cuadro. Los técnicos eran Jorge Soria y Rosalino Sosa. Rosalino, un adelantado, le dice al árbitro de Montevideo si patean los arqueros o se puede repetir el tirador, y así yo y otros que le pegábamos bien a la pelota rematamos dos penales. Terminamos ganando 12-11».