sábado 18 de mayo, 2024
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Pintar la aldea

César Suárez
Por

César Suárez

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Por Dr. César Suárez
Tolstoi, escritor ruso, nacido en 1828 y fallecido en 1910 dejó una muy extensa obra literaria que tuvo mucha influencia en históricos personajes, siendo unos de los más importantes referentes de la literatura universal.
Sólo tomaré de él una famosa frase “pinta tu aldea y serás universal”.
Cada comunidad tiene su historia construida por todos los personajes que la conformaron y que dejaron huella y le fueron dando forma, dejando impregnado en la mente y los recuerdos y en la personalidad de cada individuo que formó o forma parte que lo hace distinto a si se hubiese criado en otro lugar.
La historia de cada comunidad tiene sin dudas un atractivo muy especial y cuando alguien la relata, la difunde, deja testimonio, se hace universal, queda en alguna parte para que alguien, ahora, poco o mucho tempo después, lo tome lo analice, saque conclusiones y sea testigo de lo que alguien dejó para poder ir desentrañando el pasado.
En 1868, don Marcelino Sanz de Sautuola, un tejero (industria de tejas) que vivía en el municipio de Santillana del Mar situada en la Comunidad Autónoma de Cantabria en la provincia española de Vizcaya, andando de caza, su perro quedó atrapado en una grieta entre rocas y al intentar rescatarlo descubrió una cueva a la que en principio no le prestó demasiado atención dado que en la región era común la existencia de miles de cuevas por las características del territorio y en un principio la consideró una cueva más.
Años después, en 1879, ingresó a la cueva junto a su hija, María Sanz de Sautuola y Escalante que en ese momento tenía cinco años oportunidad en la que la niña descubrió en el techo de la cueva una pintura sobre la roca diciéndole a su padre, es un buey, habían descubierto las que después serían la famosas Cuevas de Altamira y sus pinturas rupestres que en el año 1985 fueron declaradas por la Unesco, patrimonio de la Humanidad.
Según investigaciones arqueológicas, dichas pinturas datan de entre doce mil y quince mil años de antigüedad y representan numerosos animales de esa época que seguramente servían de alimento a los nativos de esa época y que a falta de escritura escenifican una realidad que quedó plasmada en la roca por la mano del hombre que creó su arte para trascender a través del tiempo dejando testimonio que llega a nuestros días.
Según estudios realizados, hace miles de años, la entrada de la cueva sufrió un derrumbe y quedó sellada hasta que el accidente de un perro permitió su descubrimiento al escavar para liberarlo.
Costó mucho tiempo comprender el valor de esas pinturas rupestres e incluso dudas acerca de origen y antigüedad, pero a través del tiempo se le fue atribuyendo la verdadera dimensión de ese legado que dejaron hombres nativos de tiempos tan lejanos.
Es difícil concebir que en la mente de aquel o aquellos pintores podrían pensar que su arte iba a transcender ten lejanamente en el tiempo, simplemente, pintaron su aldea.
Cada individuo que transita por la tierra deja su huella, a veces tan imperceptible que es imposible de detectar, pero hay individuos que dejaron testimonio a través de obras monumentales que perduraron en el tiempo y que son testigos históricos de lo que fueron y como fueron.
Esas obras monumentales que han trascendido en el tiempo y que se ha constituido en patrimonio de la humanidad, que generan una atracción universal y que todos queremos visitar para ser testigo directa nosotros de todo lo que nos precedió.
Nosotros, aquí en este lugar, tenemos nuestra historia, nuestras formas de ser y estamos al igual que cualquier otra comunidad en el mundo, dejando nuestra huella particular, estamos casi sin querer, construyendo nuestra historia que ya comenzó a ser construida desde hace ya mucho tiempo por nuestros antepasados.
Como decía Tolstoi,” pintemos nuestra aldea” y ese testimonio será universal y quizás fuente de admiración, curiosidad y regocijo para los que en el futuro sean testigos.