martes 7 de mayo, 2024
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La balsa catamarán de Salto: una inversión que nadie ha podido hacer navegar

Por Carlos Arredondo.
«El Ministerio de Turismo realizará un llamado a operadores privados para la explotación de tres embarcaciones de paseos -con capacidad para doce personas- en Nuevo Berlín, Salto y Bella Unión». Así comenzaba una nota publicada en Diario CAMBIO el 1 de julio del año 2015, y así comenzaba una historia llena de incertidumbres y decenas de interrogantes, algunos de los cuales intentaremos conocer y responder en esta nota. El 25 de mayo del año 2016 la Presidencia de la República de la época, publicó en su portal la siguiente información:
«Ministerio concesiona catamarán en Salto para desarrollar turismo náutico en río Uruguay». En el desarrollo de esa nota la propia Presidencia explicaba que, «Para fomentar el turismo náutico en el río Uruguay, el ministerio del área concesionará el uso en Salto de un catamarán con capacidad para 12 personas. La embarcación se sumará a otras dos que ya están en actividad en Nuevo Berlín, departamento de Río Negro, y en Paysandú, que fueron construidas por astilleros nacionales a un costo de 42.000 dólares, aportados por un programa acordado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)».
ELEVADA INVERSIÓN
Según el portal, el coordinador general del Programa de Apoyo al Sector Turístico del Ministerio de Turismo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Cristian Pos, señaló que se trata de un catamarán con capacidad para diez pasajeros y dos tripulantes, fabricado en un astillero nacional. Pos explicó a la Secretaría de Comunicación Institucional de la Presidencia, que el llamado público a oferentes considerará las propuestas de negocios de los operadores privados y su experiencia en actividades vinculadas con el sector turístico (…) Cada una de las tres embarcaciones insumieron un costo de 42.000 dólares, según informó el Ministerio de Turismo». A aquel llamado realizado por el Ministerio no se presentó ninguna oferta/ propuesta, motivo por el cuál fue declarado desierto.
El 19 de diciembre de 2016 la embarcación llegó a Salto, y unos meses después, el 4 de mayo de 2017, la Ministra de Turismo de la época, Liliam Kechichian, y el Intendente de Salto, Dr. Andrés Lima, firmaron un comodato que otorgaba a la Intendencia el uso de la embarcación Pájaros Pintados II. Con la firma del convenio la embarcación pasó a ser gestionada por la Intendencia de Salto, quien en el mes de setiembre de ese mismo año realizó un llamado a licitación al cual no se presentó nadie y fue declarado desierto (Expediente 31297/2017).
A partir de ese momento la idea de fomentar el turismo náutico en esta zona del país, comenzaban a estancarse. Es que por varias razones la nave nunca pudo ser puesta en actividad.
ESTÁ EN CONSTITUCIÓN
Según pudo saber CAMBIO, la embarcación llegó a Salto desarmada, y si bien contaba con la habilitación de la Comisión Técnica responsable de los controles en materia de seguridad (COTEC), cuando «le fueron a hacer la prueba de estabilidad, casi se les hunde. Y cuando le fueron a hacer la prueba de navegación, con el rio Uruguay a tres metros, no pudo subir desde la punta del muelle, hasta el muelle negro (escasos 100 metros), no le daban la fuerza a los motores».
Luego de la prueba realizada, el catamarán salteño estuvo a cuidado de la Prefectura local, en la plaza (zona portuaria) «De los recuerdos». El Catamarán llegó a Salto con dos motores Yamaha enduro, de 25 caballos de fuerza cada uno. Ese «detalle» (la baja potencia de los motores) llama la atención a los entendidos de la navegación fluvial local, que no pueden comprender que no se hayan tenido en cuenta que era una potencia absolutamente insuficiente, y además observan desconcertados que tampoco se haya tenido en cuenta que en Salto no hay profesionales habilitados para conducirlo. El Catamarán salteño se encuentra actualmente en Villa Constitución, bajo la responsabilidad de la alcaldía, como parte de los atractivos que propone el proyecto «Isla Aventura». De acuerdo a lo que pudo saber CAMBIO, allí tampoco pudo ser botado, por lo que permanece fuera del agua. Fuentes de la localidad afirmaron que inmediatamente llegado a la localidad «le robaron el volante».
LA PALABRA DEL MINISTERIO
Quienes conocen el tema consideran que de acuerdo a las características de la embarcación, el precio pagado por la misma es absolutamente excesivo. Para ellos la calidad de la construcción de las lanchas enviadas a Paysandú (Pájaros pintados III) y Nuevo Berlín (Pájaros Pintados I), es absolutamente superior a la que presenta el catamarán salteño(Pájaros Pintados II)y es imposible que hayan costado lo mismo. Ante esta observación, CAMBIO consultó a Remo Monzeglio, sub secretario del Ministerio de Turismo, para conocer más detalles de las condiciones en las que se realizó la compra y fabricación de la nave. El jerarca explicó que «en estos días nos viene cayendo la ficha, debido a que en algunos informes periodísticos nos saltó en la cara esta realidad que habla de la lancha de Paysandú, que hace 4 años que se compró, que costó 48.000 dólares, de los cuales 40.000 dólares los puso el Ministerio de Turismo, y 8.000 dólares lo pusieron los sanduceros. La mala noticia es que la lancha nunca pudo ser botada, nunca pudo llevar un turista. Las excusas proliferan por todos lados y nadie da la cara y dice: «Yo me equivoqué con esto». Y la otra mala noticia es que van a tener que seguir poniendo plata, porque los genios que pergeñaron esto, ahora dicen que aunque se ponga a andar es anti económico. Esta situación nos está abriendo los ojos de lo que pasa en Salto», dijo Remo Monzeglio.


“Ninguna (de las lanchas) ha navegado.
Han navegado menos que el Titanic”

Yo estuve en Villa Constitución hace poco y la vi prácticamente tirada Yo no le puedo decir que sea una lancha, mucho menos un Catamarán, porque para mí un catamarán es una embarcación que tiene dos quillas paralelas, nada que ver con lo que yo vi, son unos tanques, ahí…, una cosa grotesca, donde cabrían 8 personas sentadas, donde el día que lo fueron a inaugurar nadie se pudo subir arriba de eso.»
El sub secretario explicó que actualmente, a través de un formato de comodato, las intendencias «son las propietarias de todo este disparate de lanchas y catamaranes y balsas que se han comprado, que aparentemente tienen una característica común: Ninguna (de las lanchas) ha navegado. Han navegado menos que el Titanic», dijo. «Ahora parece que no solo no lograron hacerlas navegar en cuatro años, sino que si hoy la hacen navegar es anti económico, porque cuesta, que el combustible, que el patrón, que el marinero, que son menos los que pueden viajar, que hay que comprar salvavidas. Estoy realmente desconcertado. Pero ya le digo: La autoridades anteriores ya no están y ahora somos nosotros los que tenemos que gobernar y somos nosotros los que pedimos cuentas, y somos nosotros los que vamos a llegar al fondo del asunto. Quienes tienen que dar la cara son los que están en el Gobierno departamental; son ellos los que tienen que dar la cara y decir donde se invirtió el dinero, donde están las lanchas y por qué no han logrado hacerlas funcionar, y en definitiva, son quienes tienen que explicar qué van a hacer con este desastre que armaron», dijo Remo Monzeglio.