martes 7 de mayo, 2024
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La vieja Bámbola: “Se bailaba todos los días del año y se cerraba cuando se iba el último cliente»

Por Mario Sancristóbal
Se dice que en cualquier lugar del mundo si hablan cuatro personas los temas son política negocios, economía y fútbol, pero si están en Salto los temas pasan por donde ir a divertirse y aquí funciona desde hace años un lugar que en otras épocas se caracterizaba por abrir todas las noches. Ese lugar era la vieja Bámbola y CAMBIO mantuvo contacto con -Carlos Cardozo- quien fue uno de sus disc jockeys durante muchos años y guarda muchos recuerdos de lo que considera fue una “época inolvidable”.
CADA NOCHE ERA DISTINTA
“Yo empecé en octubre del año 1981 porque le pedí a un conocido que aunque tenía un trabajo, necesitaba otro trabajo en la noche y me preguntó si me animaba a pasar música en La Bámbola. Entonces fui, probé y como conozco y me gusta mucho la música quedé y ya ese fin de año estaba musicalizando solo los bailes” cuenta. “Los fines de semana se comenzaba sobre las 21 con temas lentos en español y una hora después con lentos en inglés y a partir de ahí viendo como estaba la pista y si estaba completa se subía el ritmo con música en inglés y después seguía con rock argentino y cumbia para después ir bajando de velocidad para terminar de nuevo con lentos. Ya para eso estábamos sobre las 5 o 6 de la madrugada”, expresó. “Cada noche era distinta porque día a día variaba el público asistente y siempre se cerraba cuando se iba el último cliente. Se abría todos los días y quiso el destino que un par de años después quién estaba de dueño quería cerrar y con Jorge Olivera -que también estaba ahí-,le pedimos que nos permitiera seguir trabajando que nos hacíamos cargo y yo estuve hasta el 91 y fue una época hermosa”.
LES ROBARON HASTA LOS DISCOS
Cardozo cuenta que al poco tiempo que estaban al frente les robaron todo, bebidas, cigarrillos, equipos de música, parlantes y hasta los discos. “Pudimos seguir con unos pocos discos que tenía y algunos cassettes arrancamos de nuevo. Me quedó una anécdota de ese tiempo que vino un cliente y me dijo vas repitiendo varias veces la misma canción desde que estoy acá y yo me reí y le dije, “porque no tengo más discos para poner, si nos robaron”, por suerte el tipo entendió”. Le preguntamos si había un promedio de gente que iba a bailar y si hay muchas anécdotas de las que se puedan contar (risas) y nos dijo: “Era variable y de acuerdo al día, siempre el día más fuerte era los sábados que incluso antes de abrir a veces ya había gente esperando y otros días por ejemplo entre semana a veces era la una y media de la madrugada y no había llegado nadie. Un día estaba cerrando casi a las dos porque no había ido nadie y estaba saliendo cuando llegan tres o cuatro autos con gente y volví a poner música y me fui casi a las 7 de la mañana”. El día que fue más gente se vendieron 1.140 entradas, fue un fin de año, la gente bailaba arriba de los bancos y los últimos se fueron pasadas las 10 de la mañana del otro día. “No hay que olvidar que estábamos todos los días abiertos y por ahí un jueves llegaba un grupo de que venía de un cumpleaños que estaba aburrido y se ponían a festejar ahí o los domingos que por lo general muchos lugares no abrían, teníamos público de todos lados e incluso los sábados como siempre éramos los que cerrábamos más tarde mucha gente salía de un baile y se iba para La Bámbola y se ponía lleno a la madrugada”, sostuvo. “Aún hoy hay parejas que me saludan porque se hicieron novios bailando ahí ”.