jueves 2 de mayo, 2024
  • 8 am

Las «chicanas» no son buenas

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Por el Dr. Fulvio Gutiérrez
Cuando hace un par de años, el gobierno solicitó a la oposición el aporte de ideas para la reforma absolutamente necesaria de nuestra seguridad social, tuvo un gesto de sinceridad republicana y de esencia democrática que no muchas veces se ha visto en el país. Gesto que se condescendía con expresiones de varios políticos de la izquierda uruguaya en cuanto a la necesidad de reformar nuestro sistema jubilatorio. Recuerdo que en varias oportunidades el ex presidente Tabaré Vázquez había reafirmado la necesidad de reformar nuestro sistema de previsión social. En el mismo sentido se manifestó otras tantas veces el Cr. Danilo Astori. Por su parte Mujica se refirió al tema haciendo declaraciones cada vez que se le presentaba la oportunidad, incluso manifestándose a favor de aumentar la edad de retiro. Resulta que durante los quince años el Frente Amplio gobernó el país, y pese a esas expresiones, jamás se animó a iniciar en serio un análisis profundo para concretar una nueva legislación previsional. Es más, razonó con sentido de oportunidad política, esto es, analizó el costo que políticamente le podría acarrear un tema tan importante, con vistas a las elecciones de 2024. Pasaron sus quince años sin pena ni gloria sobre la temática de previsión social.
Cuando el Presidente Lacalle Pou decidió realmente intentar cambiar nuestro sistema previsional, la izquierda hizo un mal cálculo, apostando a que era solo una idea o una expresión de deseo. Tampoco le dio importancia a la Comisión de Expertos de la Seguridad Social (CESS) que el gobierno creó e instaló en base a lo previsto en el art. 394 de la LUC, para analizar el tema a fondo, fijándole plazos determinados para que elaborara las bases de una reforma. Entre sus integrantes había gente de izquierda, entre ello, el más notorio fue el Maestro Ernesto Murro, dirigente sindical del Pit-Cnt, Presidente durante diez años del BPS, y Ministro de Trabajo y Seguridad Social el segundo gobierno de Tabaré Vázquez. Nueve de esos quince integrantes presentaron un informe con recomendaciones básicas para la reforma. Murro estaba entre esos nueve. Tampoco la Cdra. Jimena Pardo ni José Luis Baumgartner.
Es decir, hace más de dos años que el Frente Amplio conoce que la intención del gobierno no era una simple pulseada, y sabe cuales fueron todos y cada uno de los temas que se trataron en profundidad. Es más, en otro gesto de humildad y seriedad republicana, el Presidente Lacalle Pou y sus asesores, concurrieron personalmente a la sede del Frente Amplio, y le entregaron al Presidente del mismo, Fernando Pereira, en mano propia, el ante proyecto elaborado. Tampoco hubo propuestas de la izquierda.
El gobierno siguió el cronograma que se había trazado, y el pasado lunes el proyecto fue ingresado al Poder Legislativo para su tratamiento constitucional. Porque como dijo el Presidente, “la reforma de la previsión social es un acto de responsabilidad nacional y no se lo vamos a dejar el próximo gobierno”.
Entonces aparece, tarde y mal Fernando Pereira, haciendo cuestionamientos fuera de tono y fuera de oportunidad, tratando de alargar la discusión todo lo que se pueda. En la jerga judicial, esta modalidad se denomina “chicana”, es decir recurrir a una artimaña o procedimiento de mala fe que generalmente se utiliza para alagar los juicios. Primero dijo que no opinaba sobre el anteproyecto por ser precisamente un anteproyecto y por ende, no definitivo. Después dijo no saber si ese anteproyecto era del Presidente Lacalle Pou o era del gobierno. Cuando el anteproyecto se presentó a la Cámara de Senadores, se transformó en un proyecto obviamente del gobierno, y ahí, “reculando en chancletas”, dijo que esperaba que “el gobierno dé los tiempos suficientes para que la oposición pueda hacer sus planteos”. Se olvidó que este proyecto sigue el sistema de una ley común, por tanto las Cámaras no tienen plazos. La discusión parlamentaria tendrá la demora que los tiempos políticos así lo dispongan, y el Frente Amplio deberá ajustarse a ello. Será la oportunidad de hacer sus propuestas. Si no quiere colaborar, entonces que no colabore, pero “chicanas” no. Sin sus votos, la ley se aprobará igual.