jueves 2 de mayo, 2024
  • 8 am

Mantener nuestro sistema electoral

Fulvio Gutiérrez
Por

Fulvio Gutiérrez

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Por el Dr. Fulvio Gutiérrez
Los Estados de Derecho, como Uruguay, cumplen cinco funciones que son esenciales a su existencia: la función constituyente, la legislativa, la ejecutiva, la jurisdiccional y la electoral. La función electoral, se refiere a todo el procedimiento que está previsto en la propia Constitución, en leyes, y en reglamentaciones dispuestas por la Corte Electoral, que regulan las formalidades que el ciudadano debe cumplir, a través de su voto, para elegir a los titulares de los cargos electivos del Estado. Se establece quiénes pueden votar, quiénes pueden ser votados, cómo pueden y deben desarrollarse las campañas de propaganda y difusión electoral, cuántos representantes se eligen en cada sección electoral, cómo se determinan y delimitan los distritos y secciones electorales, quiénes y cómo deben encargarse de organizar los comicios, cómo deben emitirse y contarse los sufragios, cuántas vueltas electorales pueden y/o deben realizarse para determinar al triunfador, cómo se resuelven los conflictos postelectorales, entre otras.
El sistema es extremadamente formalista, y la reglamentación establece con claridad los más mínimos detalles para que cualquier acto eleccionario, ya sea nacional, departamental o municipal, esté rodeado de todas las garantías necesarias para acreditar su legalidad y su transparencia. El sistema electoral previsto en nuestro país, es excelente, y el control no solo está a cargo de los órganos electorales, sino también de los delegados de todos los partidos políticos.
¿A qué viene este comentario? A la falta de confianza que periódicamente se plantea respecto de la aplicación de tecnología informática en la recepción y contabilización de votos que se está utilizando en varios países, entre ellos Brasil, para la forma de votar y de realizar el escrutinio. En las redes sociales y en los medios de comunicación se ha denunciado eventuales graves irregularidades de las cuales serian directos responsables los sistemas informáticos que se utilizaron en las elecciones brasileras. En Brasil no se utiliza el sistema nuestro de la “lista” papel, sino que la emisión del voto se hizo por medio de cinco tipos de máquinas, que por lo que se denuncia, no funcionaron correctamente. Las máquinas que habrían funcionado bien serian las de 2020 que habían sido auditadas con anterioridad, pero los cinco modelos anteriores al 2020, que no fueron auditados, indicaron resultados que no condicen entre sí. Por ejemplo, en muchos lugares del país, y en diversos circuitos, se constataron resultados absurdos, pues las máquinas de 2020 dieron un resultado en porcentajes de votos que se puede considerar normal, y las otras, dieron resultados absurdos y contradictorios entre sí, que no tienen una explicación lógica No sé si eso es un fraude o una grave inconsistencia que eventualmente será aclarada. Y puntualizo que no es de mi interés el analizar ni expresarme sobre el resultado de la elección en Brasil.
Lo que sí me interesa, es que lo ocurrido reafirma mi convencimiento de que utilizar máquinas de votación y recuento electrónico de votos, no nos da la garantía que sí nos da nuestro viejo sistema de votación credencial en mano, lista/papel en mano o retirada del cuarto secreto, acta hecha a mano, y recuento de votos realizado a viva voz por el Presidente de la Mesa de votación, con el control del Secretario y del Vocal del circuito y la presencia de los delegados partidarios con derecho a hacer observaciones dejando constancia, en su caso, en el acta correspondiente.
¿Qué el sistema es lento y da trabajo? Sí, pero se ha hecho desde hace decenas de años y no ha habido problemas que hicieran peligrar seriamente una elección. ¿Qué hace demorar el escrutinio? También, pero la demora generalmente es hasta el día siguiente, es decir, nada. En definitiva acaso no es más valioso un poco de trabajo y una demora razonable, a que se pierdan las garantías en una elección. Los sistemas informáticos presentan debilidades que son un riesgo en comparación con nuestro sistema. Esto dicho sin perjuicio de la utilización de mecanismos informáticos de apoyo al sistema escrito, que actúe como la base indiscutible de los resultados electorales. En mi opinión y como dice un verso campero, “el avión es cosa buena cuando se anda con apuro, claro que en carro con mulas también llega y es seguro”. A mí me gusta llegar, y llegar seguro.