En medio de las negociaciones por los protocolos sanitarios y las fechas de posible reanudación del fútbol en nuestro país, hubo unas declaraciones del secretario de consejo de OFI, Jorge Ortiz, que no se ajustan a la realidad y mucho menos al conocimiento que debería tener para el cargo que ocupa.
En nota que publica el portal Ecos, Ortiz explicó: «una buena parte de los recursos que obtienen las ligas y los clubes proviene de la comercialización de distintos productos (chorizos, empanadas, rifas, sorteos de pollos y comidas entre hinchas y socios), algo que no es posible llevar adelante sin la gente que concurre a las canchas en los fines de semana».
Sus argumentos hacen alusión a la necesidad de que el fútbol del interior debe retornar con público en las tribunas, a diferencia del profesional, que se solventa en buena medida de los intgresos por derechos de televisación.
Pero la afirmación está muy alejada de buena parte del fútbol del interior y se está utilizando para justificar la implementación de los protocolos sanitarios y establecer fechas para el retorno del fútbol con público. Seguramente haya ligas menores y clubes que convivan con esa realidad, pero no es el común denominador.
La venta de los productos a la que se hace referencia benefician indirectamente al entorno y directamente a quien produce y vende, pero no nutre al fútbol bajo ningún concepto.
Existe el ejemplo en la Liga Salteña, que la cantina del Estadio Dickinson es gestionada por el Consejo Único Juvenil (CUJ), pero es uno de otros casos aislados. Tampoco la venta de rifas debe incluirse como argumento, porque aunque muchas instituciones logran recaudar buena parte de sus presupuestos con ellas, la negociación no se realiza habitualmente en las canchas.
Más allá del error en la apreciación, presentar ese panorama ante autoridades nacionales resulta hasta agraviante para la OFI, clubes, ligas y para el resto de la dirigencia, que es la que trabaja en la búsqueda de recursos, negociando sobre los verdaderos problemas del fútbol. Freddy Aguirrezábal
