jueves 25 de abril, 2024
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Bitcoin, ¿una forma fácil de ganar dinero?

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Estudio Signorelli & Altamiranda

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Por el Ec. Joaquín Forrisi
Para el Estudio Signorelli&Altamiranda
En la columna de la pasada semana introducíamos el concepto de Blockchain y Bitcoin, que se consolidó como consecuencia del descontento social de fines de la década pasada por las políticas públicas de los principales países para estructurar la salida de la Crisis Financiera de 2008.
Ello incluyó una importante emisión de dinero, la que se especulaba generaría incómodos niveles de inflación, además del rescate por parte del gobierno Federal de Estados Unidos de importantes bancos. La mencionada crisis se gestó cómo consecuencia, entre otros aspectos, por la especulación de los bancos de inversión con instrumentos financieros de alto riesgo y que, una vez que se produjeron, fueron insolventes para cubrir sus compromisos.
El descontento social respecto a las impopulares medidas generó las condiciones para buscar alternativas al sistema financiero, sobre el cuál recaían grandes cuestionamientos respecto a su funcionamiento y esquema de incentivos.
El algoritmo de consenso de la Blockchain estipula cuál será la cantidad de Bitcoins que estarán disponibles para transaccionar entre las personas y esa regla solo es alterable si los tenedores de la criptomoneda acuerdan cambiarlo, sin embargo, son los tenedores los principales interesados en que no se emita ya que ellos perderían valor sobre sus tenencias. Por este motivo, Bitcoin ofrece un esquema de incentivos correcto, que salvaguardar los intereses de sus tenedores.
El leitmotiv de Bitcoin, además de ser una moneda con emisión previsible, es la posibilidad de tener un sistema de pagos electrónico que sea entre pares y sin intermediarios. Los bancos y emisores de tarjetas de crédito cumplen una función muy importante en la economía moderna, al facilitar que los agentes económicos transacciones, actividad por la cual cobran a los participantes.
Su uso se va expandiendo, incluso para pagar algunos impuestos, aunque es poco probable que se convierta en un medio de pago habitual y masivo.
Ahora bien, la principal criptomoneda es también utilizada como medio de inversión, para lo cual puede resultar muy tentador. En 2017 el valor de este criptoactivo era de poco menos de USD 1.000 cerrando el año 2017 en valores próximos a USD 20.000, una rentabilidad difícil de replicar. Más cerca en el tiempo, a mediados de marzo cotizaba a USD 5.000, siendo la cotización actual próxima a USD 12.000, ello implica una rentabilidad de 140% en 5 meses. Existe la máxima en finanzas de que no existe retorno sin riesgos y esta es una inversión riesgosa.
Para estar dispuesto a invertir en estos instrumentos es preciso conocer también los riesgos y de hecho estos son significativamente altos. El 45% de los días Bitcoin cierra con pérdidas diarias y una vez cada 2 meses y medio tiene pérdidas mayores a 10%. Esto implica que si se invierte USD 10.000 dólares en Bitcoin, es porque se está dispuesto a perder una vez cada 75 días al menos USD 1.000. En términos comparados, el principal índice bursátil, el SP 500, tiene un retorno anual promedio próximos a 12% anual, el 44% de los días cierra con pérdidas diarias pero la máxima pérdida diaria esperada en 2 meses es de 3%.
Las critpomonedas en general han llegado para permanecer y se irán involucrando en la vida cotidiana, aunque sin llegar a sustituir, al menos en el corto plazo, al papel moneda. Estos instrumentos cómo vehículos de inversión muestran altas rentabilidades que también se asocian a altos riesgos.