domingo 5 de mayo, 2024
  • 8 am

Vender la imagen

Gerardo Ponce de León
Por

Gerardo Ponce de León

124 opiniones

Por Gerardo Ponce De León
¿Es fácil vender una imagen? No sé cual su contestación, pero si sé muy bien cuál es la mía. Podremos estar de acuerdo o no pero creo que en general a todos nos es muy fácil vender una imagen que es la que juega para la tribuna la que espera una cámara, la que sabemos muy bien que va a dar que hablar. Frente a todas estas usted ya habrá descubierto que mi idea es que es muy fácil vender una imagen.
No creo que sea conveniente, ni creo que corresponde “encasillar”, en este tema, a la gente. Es común sentir decir algo y se generaliza a todos los que están dentro de este sentir. Como ejemplo, les pongo a los políticos. Creo que hay buenos y hay malos, con buenas intenciones y quienes buscan se rédito. No se puede decir que los políticos son malos o son buenos, unos tienen sus virtudes y defectos, como tenemos todos.
Es común sentir decir que la tecnología es mala y es un error el uso que se le da es lo malo. Pero como tenemos dos costumbres juntas, que son: generalizar y echar la culpa a otros. ¿Qué tiene que ver esto, con vender una imagen? Es común que se generalice y los demás son los malos yo soy el bueno y la culpa de que cometí un error es de otro y no mía, ya que si acepto el error, estoy ensuciando mi pobre imagen que tengo de mi mismo.
Es muy fácil escribir o dar consejos, pero ¿somos reales o vendemos (o tratamos de hacerlo) una imagen? Si prestamos atención, veremos que todo está asociado a la humildad, dado que quien tiene esta virtud, no trata nunca de vender nada a nadie, ya que su forma de ser no da cabida a que pongan sobre él sus ojos y siempre trata de pasar desapercibido.
Cuantos comentan: “que buena persona es tal” y ¿no será que estamos comprando una imagen? SOLAMENTE E INTERNAMENTE, sabemos si somos buenos o malos, solamente uno sabe el porqué de lo que se hace y solamente uno sabe que lo impulsa a hacer o colaborar. Las opiniones de afuera, en su inmensa mayoría, compran una imagen. Por algo existe la vocecita que tenemos adentro que nos habla y muchas veces nos grita: “falso o mentiroso”. Ya que lo que la gente ve, es simplemente el papel que envuelve una sorpresa, que es lo que está adentro del paquete; en nuestra persona y nuestra conciencia. Esta es la realidad, para mí, en su gran e inmensa mayoría de los seres humanos. Mucho nos alaga, nos gustan los aplausos, pero tenemos en ellos a la moña que son los que engalanan nuestro paquete.
Lo que es imposible de vender es a la verdad, ya que, en estos casos, la gente que “vende imagen” no les importa, ni menos aún la valoran, y el humilde, por su condición, la tiene admitida dentro de sus ser. Con esto les quiero decir que tenemos que cultivar a la planta de la humildad, sembrarla, abonarla, regarla y cuidarla. Sé que no es fácil, es difícil hacer algo sin esperar una respuesta, pero las gracias, las caricias al corazón, llegan y de la forma menos esperada, e íntimamente se disfruta y se goza, pero lo más importante es la tranquilidad de conciencia, el poner la cabeza sobre la almohada y poder decirle al de arriba: “Gracias por permitirme realizarme como persona” Solamente el Padre y uno saben de lo que se está hablando. Esa es la imagen que no se vende, ni se compra. Esa imagen es la verdadera realización del ser humano.
Ojalá nunca pongamos en venta nuestra imagen, ya que son, las mayorías de las veces, lo contrario. Vendemos y revendemos lo que no somos. Se darán cuenta que creo que es muy fácil vender la imagen.