Por Mons. Arturo
Fajardo
Con mucha alegría y un moderado entusiasmo vemos que, paulatinamente, comienzan a volver a la normalidad las actividades parroquiales, en los centros educativos, los institutos de vida consagrada. Se van retomando las celebraciones de los sacramentos, peregrinaciones, encuentros, convivencias que ponen de manifiesto la alegría de la fe vivida en comunidad y el testimonio en Dios Padre que nos sostiene en la esperanza y nos une en la caridad.
Las dificultades que, en varios órdenes, presentó la pandemia desafiaron nuestra creatividad para vivir de modo nuevo las relaciones personales, laborales y comunitarias. En medio de esta situación hicimos el mejor esfuerzo para participar del trabajo de elaboración de la Asamblea Eclesial Latinoamericana, que finalizará en noviembre 2021. Esto nos ha permitido tener una mirada contemplativa y un oído atento para escuchar los gozos y esperanzas y descubrir las luces y sombras de nuestro pueblo. Estamos en un tiempo nuevo y somos invitados a revisar y renovar el don que hemos recibido (Cf. 2 Tim. 1,6).
En el mes de octubre, como Iglesia diocesana, queremos recoger la invitación que nos hace el Papa Francisco de reflexionar sobre la “sinodalidad” en la Iglesia. Sínodo, significa caminar juntos, la sinodalidad “indica la específica forma de vivir y obrar de la Iglesia que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora. (“Sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia”, 2 marzo 2018).
El XVI Sínodo ordinario, con el tema “Sobre una Iglesia sinodal: Comunión, participación y Misión” comenzará en Roma el 10 de octubre mientras que en todo el mundo cada diócesis iniciará la fase diocesana del sínodo con una Misa celebrada por el obispoel 17 de octubre del 2021.En la Diócesis de Salto celebraremos la misa en la Iglesia Catedral San Juan Bautista a las 19 hs. Al mismo tiempo, los exhorto a que en cada comunidad parroquial se celebre la Eucaristía con los aportes que les haremos llegar por medio del equipo de Vicaría Pastoral que tendrá a cargo el trabajo diocesano del sínodo previsto hasta marzo de 2022.
Es mi deseo que todos participaremos provechosamente en esta etapa, que le demos la mayor difusión en las celebraciones comunitarias, que compartamos nuestras experiencias y nutramos nuestra esperanza ya que serán los aportes a tener en cuenta en la elaboración de un nuevo Proyecto Pastoral Diocesano.
Les pido que nos mantengamos en oración por la Iglesia diocesana mientras se prepara para este esfuerzo espiritual importante.
Y les hago llegar mi bendición.
