viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

Una coalición en serio

Gustavo Varela
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Gustavo Varela

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Por Gustavo Varela
Esta semana que se viene cerrando constituye quizá el período más crítico por el que atravesó, desde la asunción de Lacalle Pou, la Coalición Multicolor.
Era previsible para quienes participan de la actividad política saber que las coaliciones de gobierno pasan muchísimas veces por momentos críticos, donde debe de primar la tranquilidad, el sentido común y el no apresuramiento.
Lo curioso es que se hayan dado todos los insucesos en forma simultánea.
Repasemos.
Cabildo Abierto que anuncia que lleva al Parlamento una ley que el Presidente ya había anunciado que no estaba de acuerdo y que la iba a vetar, lo que ocurrió.
Un sector del Partido Colorado, que se opone a votar la ley de tenencia compartida, que brinda los mismos derechos a los padres que los que tienen las madres en cuanto en el cuidado de sus hijos, luego de tener acordada su votación.
Senadores del Partido Nacional y Partido Colorado que casi se van a las manos por un proyecto de ley que se trata en una comisión del Parlamento.
Como se ve, fue un momento en que se puso a prueba la armonía entre los socios de la coalición gobernante por diversas razones.
Formar una coalición es muy sencillo, muchas veces hasta el miedo lo hace.
Borges ya lo decía en su poema Buenos Aires: “No nos une el amor, sino el espanto”.
El gran tema es que esa coalición sirva para algo, para lo que me viene a la mente aquel editorial de Wilson titulado “Hasta luego”, donde expresaba: “ganar no es difícil, el tema es ganar para que valga la pena”.
Lo fundamental en toda coalición gobernante es lo que los profesionales del derecho comercial expresan como “affectio societatis”, que no es más que el sentirse parte de ese todo que se formó, y actuar en consecuencia.
Las coaliciones, para que logren llevar a cabo la gobernabilidad, conllevan mucha tolerancia, diálogo, saber los límites entre los que hay que moverse, entender que si bien son diferentes en sus individualidades, las que se deben respetar, hay objetivos generales comunes que se deben cumplir.
Y esa regla la deben cumplir todos.
Si bien es muy temprano para sacar conclusiones de los episodios ocurridos, el Presidente encaró de la mejor forma el problema más importante de los ocurridos, conversó cara a cara con el líder de Cabildo Abierto en el día de ayer, tratando de reencausar la situación.
Bien por el Presidente y en éste caso el líder de Cabildo Abierto, que a pesar de todo, se reunieron, dialogaron, hablando cara a cara, como se debe de hacer.
Nunca me gusta ser autorreferencial cuando escribo, pero en este caso lo voy a hacer, pues en el pasado fui integrante de un gobierno que era encabezado por una persona de otro partido. Dicha experiencia no tuvo buenos resultados, pues en ese caso, hubo actores políticos que pensaron que hacer una coalición significaba aceptar todo lo que venía de las alturas, sin analizar, sin criterio propio, en definitiva, se quería tener socios “pour la galerie” para mostrarse de una forma que no se era.
Faltaba es “afecto societatis”.
Creo que esta semana va a pasar, dejando rápidamente atrás estos episodios anecdóticos, pero que a veces son buenos que ocurran.
La coalición tiene el deber de llevar adelante éste país con gobernabilidad, como lo ha llevado hasta ahora.
Somos ejemplo en Latinoamérica, y más allá también, por la forma en que se ha piloteado la tormenta del Covid y por la rápida recuperación económica que están mostrando los números, dentro de un ámbito de absoluta “LIBERTAD” lo que molesta a muchos estamentos intelectuales y políticos, que se erizan con esa palabra y más con el concepto.
Sigamos avanzando. No perdamos la oportunidad.