jueves 28 de marzo, 2024
  • 8 am

Sobre el IASS y el IRPF

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Estudio Signorelli & Altamiranda

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Por Joaquín Forrisi

Escritorio Signorelli&Altamiranda

El Poder Ejecutivo ha anunciado la rebaja del IASS y el IRPF en caso de que el crecimiento de la economía fuera superior al 3,8% en 2022, lo cual indefectiblemente ocurrirá, tal como los analistas económicos en general esperaban que ocurra dado el arrastre de crecimiento económico de 2021.

La medida anunciada por el Presidente tiene un alcance estrictamente político y otro de política económica.

Sobre el alcance estrictamente político, cumplir una promesa electoral en su sistema republicano refuerza la democracia y genera credibilidad en el sistema de partidos políticos. El Compromiso por el País, en su punto 9 se compromete a “en la medida en que el estado de las finanzas públicas lo permita, considerar una eliminación gradual del IASS”. Por lo tanto, el compromiso de la “Coalición Multicolor” no tiene alcance sobre el IRPF por lo que en consecuencia, se estaría “sobrecumpliendo” los compromisos asumidos.

Desde su asunción, y con el mandato electoral con el que asumió, el Gobierno ha trabajado en gran forma para ordenar las cuentas fiscales, llevando de una situación por demás compleja, con un déficit fiscal de 5,5% del PBI, a 2,5% del PBI actualmente. Esto se ha logrado con la disminución del gasto primario. En términos de PBI el gasto primario en octubre 2021 fue del 28,9% mientras que el gasto primario en octubre 2022 fue de 26,8%, mientras la recaudación bajó 26,9% a 26,4% del PBI. Las cuentas fiscales en Uruguay están más ordenadas que en el pasado, eso es un hecho, sin embargo, están aún lejos de estar saneadas.

El Consejo Fiscal Autónomo, se ha manifestado respecto “expansiones fiscales permanentes -cómo baja de impuestos o incremento de gastos- financiadas con ingresos transitorios deberían estar debidamente justificadas si sus efectos de mediano y largo plazo aumentasen el PIB potencial”. Por lo que una baja de impuestos compromete la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Desde otro enfoque de política económica, en Uruguay aproximadamente el 172.000 personas pagan IASS, que son aquellas que tienen ingresos superiores a $ 41.000 mensuales. En tanto tributan IRPF las personas con ingresos nominales mayores a $ 37.000, que son aproximadamente el 30% de la fuerza laboral. Prescindir de estos ingresos sería una política regresiva, ya que se estaría bajando la carga impositiva a las personas con más capacidad contributiva.

Además de esto, el BCU está llevando adelante una política monetaria contractiva, incrementando la tasa de interés, y existe evidencia en la investigación económica respecto a que una política monetaria contractiva con una política fiscal expansiva lleva a una apreciación del tipo de cambio, más conocido cómo atraso cambiarios.

La economía, para sus capacidades actuales está operando en buenos términos, sin embargo, el país aún muestra un magro desempeño económico de largo plazo para mantener la provisión de servicios públicos a la que la sociedad está acostumbrada. Por ello, resignar recursos en forma permanente, de manera regresiva, sin que esto tenga un impacto directo en las capacidades de largo plazo, luce inoportuno.