miércoles 8 de mayo, 2024
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Retiro que no fue retiro

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
El “retiro de presidentes” de Sudamérica, convocado por Lula da Silva, y que finalmente fue una cumbre de mandatarios, se realizó recientemente en Brasilia y culminó con llamados a superar las diferencias «ideológicas» y a trabajar en la integración regional. Pero el “retiro”, que por su esencia significa una acción tendiente a dejar de hacer alguna actividad y por tanto supone una discusión distendida y franca, no fue tal. Antes del “retiro”, con una infantil picardía política, el Presidente Lula realizó motu propio, una reunión privada con el Presidente Nicolás Maduro de Venezuela, que trajo inesperadas consecuencias. Sin entrar en detalles, quiero hacer algunas reflexiones sobre lo ocurrido en Brasilia.
Once gobernantes participaron en el “retiro” ideado por Lula, con el objetivo, según el propio Lula, de relanzar la integración regional. En la declaración de consenso negociada y aprobada al final de la cita, los presidentes reconocieron “la importancia de mantener el diálogo regular, con miras a impulsar el proceso de integración en América del Sur y proyectar la voz de la región en el mundo», creando un grupo de contacto, encabezado por los Cancilleres, para evaluar las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y elaborar una hoja de ruta para la integración de América del Sur, que será sometida a la consideración de los Jefes de Estado. Una típica expresión de deseos.
En verdad, puro verso y todo mentira. Lula escondía el principal motivo del encuentro, que no fue otro que traer de nuevo al consenso latinoamericano al dictador venezolano Nicolás Maduro. Hizo su mea culpa, no sincera por supuesto, recordando que «dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran esfuerzos de integración, abandonamos canales de diálogo y mecanismos de cooperación, y con eso todos perdimos». Y remató demagógicamente, «Los elementos que nos unen están por encima de las diferencias”. Todo para la tribuna internacional.
Lo que Lula no tuvo en cuenta fue que, entre los presidentes, estaba Lacalle Pou, y que había advertido la jugada. Grabando su discurso en su celular, (se había dispuesto no trasmitir los discursos de los presidentes, salvo el de Lula), Lacalle Pou se pronunció en contra del relanzamiento de la Unasur y llamó a buscar acciones concretas. Después de afirmar que estas reuniones quitan tiempo a la tarea de gobernar para el pueblo de cada país, lo que importa es que esas reuniones deben generar consecuencias reales positivas. Apoyando el discurso del presidente de Guyana, dijo que “a nosotros se nos va a juzgar por las acciones y por los resultados. Con lo cual, creo que debemos de parar esa tendencia a la creación de organizaciones. Vayamos a las acciones». Refiriéndose alencuentro privado entre Lula y Maduro, Lacalle señaló:»Quedé sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa». Claro que no es una narrativa. Lo que ocurre en Venezuela en cuanto al autoritarismo y la antidemocracia es una realidad, concepto que compartía lo expresado por el presidente izquierdista de Chile Gabriel Boric, cuyo país viene recibiendo cada día una oleada de venezolanos que huyen de la dictadura de Maduro. Por tanto, pretender legitimar a Maduro es absurdo, y fue un paso en falso del presidente brasileño.
Está claro que detrás de toda esta “mise en scene”, está sin duda el Foro de San Pablo, y toda la izquierda latinoamericana pretendiendo imponer su maldita ideología. Pero, cuando los pueblos hablan, esa verdad no se puede ocultar. Y vaya que el pueblo venezolano, huyendo de a millones, está gritándole al mundo que el gobierno de Venezuela es una dictadura pura y dura y no un relato.