martes 7 de mayo, 2024
  • 8 am

La memoria registrada

César Suárez
Por

César Suárez

204 opiniones

Por el Dr. César Suárez
La memoria es un privilegio que nos acompaña con mayor o menor capacidad para poder recordar cada acontecimiento que hemos vivido y se van quedando ahí, en algún rincón de nuestro cerebro permitiéndonos saber, como hemos transitado por la vida y que hemos ido acumulando recuerdos, que al evocarlos nos dicen lo que hemos sido, como hemos vivido, donde hemos estado, que hemos hecho, cuánto hemos disfrutado y cuanto hemos sufrido, con quienes hemos compartido, con quienes nos hemos involucrado, a quienes hemos amado, con quienes no hemos congeniado, cuando hemos acertado, de que nos hemos arrepentido y en que hemos fracasado.
La memoria es un testimonio a veces adormecido pero que sólo basta un estímulo, un reencuentro para despertar emociones y recuerdos, es el testimonio de nuestra propia historia que nos hizo tal cual somos, como nos modelamos, como nos insertamos en el entorno que nos ha ido rodeando en diferentes circunstancias y que nos ha ido enseñando a como ser a cómo actuar para intentar evitar cuando sea posible, cada uno de los errores del pasado.
Sin embargo, la memoria también es frágil y selectiva y en ocasiones altera y modifica los recuerdos y están marcada por la subjetividad que cada uno tiene lo que suele deformar acontecimientos ocurridos generando varias versiones de un mismo acontecimiento compartido de acuerdo al relato de cada uno por eso suelen haber diferentes versiones que muestran cada historia de acuerdo a quien la cuente más allá de los olvidos de eventos que quedan escondido y que resulta difícil sacarlos a la luz donde se confunden fechas y se mezclan acontecimientos que terminan por deformar la versión de la realidad acerca de lo que en momento sucedió, sin contar que con la edad se va perdiendo y que se extingue cuando la vida de cada individuo se termina.
Por todo lo relatado hemos aprendido que no sólo alcanza con recordar, sino además es esencial dejar registro prolijo afuera de la cabeza de cada uno de los acontecimientos más importantes para que quede como testimonio objetivo, para que la historia tenga una versión sin olvidos, para que los archivos pongan la cosas donde tiene que estar.
De la historia más antigua de la humanidad hay escasos registros y hay que escudriñar y indicios indirectos para entender que cosas sucedieron entonces.
En la medida que fue transcurriendo el tiempo se inventó la escritura que recogía el pensamiento de su autor en forma precisa llegando hasta nuestros días sin deformaciones.
Ya más recientemente, y no hace tanto tiempo, se logró la grabación de la voz, luego registros fílmicos y recientemente la explosión de innumerables herramientas de registro de comunicación instantánea que permanecen en innumerables dispositivos, pero también en la “nube” por siempre.
Hoy día, toda planificación de cualquier evento o proyecto no se admite que sólo quede en la memoria de quienes lo desarrollen, todo tiene que quedar registrado para poder seguir planificando y avanzando en base a cada archivo guardado, asegurándose que la memoria colectiva queda a resguardo.
Actualmente toda actividad que se considere importante queda registrada como un respaldo indeleble de todo lo aportado por cada uno en actas debidamente datadas, fuente dónde podemos rescatar todo lo conversado y lo que la memoria no puede retener.
La memoria descriptiva de los planos de cualquier construcción, un proyecto, un plan de estudio, la descripción minuciosa de cualquier investigación para que ninguna idea se pierda y ni que hablar de los datos registrados en una historia clínica, esencial para el cuidado minucioso y certero de la salud de cualquier individuo desde el momento de su nacimiento.
La memoria sigue siendo un privilegio individual insustituible pero la memoria de humanidad es imprescindible que quede debidamente registrada porque es el sustento inevitable del progreso de la humanidad y es donde se nutren los que quieren seguir avanzando.