Por Agustín Radesca
En la mayoría de las columnas que he ofrecido al lector, siempre tuve la intención de tratar los temas de actualidad que son, por lo menos a mi entender, de relevancia e importancia para la ciudadanía.
En esta oportunidad realizo una excepción a la regla realizando un breve recontó y homenaje en estas breves líneas a dos de las personalidades más influyentes que ha dado nuestro querido Salto, quienes fueron Don Ramón Vinci y el Escribano Eduardo Malaquina, cuyo legado político y estadista sigue más que vigente hasta nuestros días.
Si nos trazamos una línea de tiempo y comenzamos desde el pasado más distante hasta el pasado menos distante, comenzare hablando sobre Don Ramón, quien siendo hijo de un humilde zapatero logro vencer al tiempo y alcanzo la inmortalidad en su querido Salto al ser incluido en el nomenclátor municipal, tal como lo decía en otra oportunidad su hijo el “Pepe”. A Ramón se lo conocía como “El Intendente de los más humildes», por tener en su mandato como intendente un fuerte contenido social, realizando grandes obras que tenían como eje a los más necesitados como el primer Hogar de Ancianos del Interior en 1955. También fue un Estadista con visión de futuro, debido a que lucho arduamente para lograr el crecimiento exponencial e hipertrofiado de las termas del Arapey y del Daymán, fomentando así el turismo local del Departamento generando miles de fuentes de trabajo, logrando como consecuencia directa de esto el bienestar de su gente.
Pero lo más destacable de Don Vinci, por lo menos al entender de quien suscribe esta humilde columna, es el hecho de que fue un acérrimo opositor al Golpe de Estado, luchando desde su radio, la Radio Cultural, gran bastión de la democracia en los tiempos más difíciles y oscuros; siendo clave en la gran victoria del NO en Salto.
Por último pero no menos importante, dedico estas últimas palabras, al “Flaco” Malaquina, tres veces intendente de nuestro Salto, un político, estadista como pocos ha dado el Uruguay.
Malaquina sin dudas fue figura principalísima en sus tres periodos en la materialización de nuestra ciudad como ciudad universitaria y como polo educativo en el interior profundo de nuestro país; luchando muchas veces contra el centralismo montevideano para lograr y concretar obras de tanta relevancia como lo fue la Regional Norte, universidad que le ha dado, que da y que dará la oportunidad a miles de jóvenes de lograr sus anhelos de tener un título universitario, que si no fuera por tal obra, muy posiblemente muchos jóvenes no tendrían la oportunidad de alcanzarlo.
Decir que Eduardo fue un hombre de obras seria quedarme corto de palabras, en lo personal creo que fue un constructor de sueños y oportunidades para todos los salteños, aun en los momentos más complejos del país, como lo fue la crisis del año 2002, en la cual supo atraer inversiones como lo fue la construcción del shopping, el cual hasta nuestros días sigue brindando cientos de fuentes de trabajo.
Tratar de sintetizar en una sola columna lo que significaron, lo que implicaron y lo que hicieron por Salto estas grandes figuras seria no menos que imposible, sabiendo que hay material suficiente para poder escribir un tratado. Pero cierro la misma respondiendo la pregunta realizada en el titulo: ¡Intendentes si eran los de antes!
