jueves 2 de mayo, 2024
  • 8 am

La libertad del periodismo

Gustavo Varela
Por

Gustavo Varela

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Por el Esc. Gustavo Varela
Quien funge en el cargo de Director de Inteligencia del gobierno, Álvaro Garcé, concurrió, días atrás, al parlamento a los efectos de explicar el “Plan Nacional de Inteligencia Estratégica”, en el combate contra el crimen, repartiendo un documento explicativo, ante los miembros de la comisión parlamentaria, en una sesión secreta.
Huelga decir que cuando se sesiona en forma secreta, los legisladores, no deben difundir públicamente lo que allí se trata.
El hecho es, que lo que debería ser secreto, termina filtrado en manos de un periodista de origen salteño, que trabaja en el canal de la Intendencia de Montevideo, y que publica el contenido de dicho documento.
El director de inteligencia, presenta la denuncia ante la fiscalía, y ésta a los efectos de indagar lo ocurrido, cita como testigo al mencionado periodista, lo que obviamente enciende las redes sociales de parte de los “defensores de la libertad de prensa”.
El escriba pone “defensores de la libertad de prensa” entre comillas, para hacerlo sonar en forma irónica, pensará el lector.
Si, acertó.
¿Por qué?
Porque quienes atacan al gobierno nacional, por denunciar ante la justicia dicho evento, reclaman a viva voz la libertad del periodista de publicar lo que quiera, pero no creen, ni por un segundo en la libertad de prensa.
No sólo en la de prensa.
No creen en la libertad, pues no saben cómo se administra la misma.
La libertad para ejercerla, debe de tener los límites de los derechos y las obligaciones, y para la izquierda, eso le trae problemas, pues le ponen excesivo acento en los derechos, tanto, que se olvidan de cumplir con las obligaciones.
El periodismo tiene toda la libertad de escribir lo que quiera, y de preservar las fuentes de la información, pero si por ello se siente amenazada la seguridad nacional, como en éste caso, la justicia debe indagar, y tiene la obligación de hacerlo, en quien fue el culpable, y por qué lo hizo.
Y si para eso hay que citar a periodistas, así debe hacerse.
¿Para perseguir a los periodistas?
No.
Para llegar a la verdad.
Y si el periodismo quiere preservar el nombre de sus fuentes, lo puede hacer.
Pero la Justicia tiene el deber de intentar llegar a la verdad.
Pero para la izquierda, citar un periodista que trabaja para un gobierno compañero, se traduce en persecución.
Justamente ellos que son los reyes del apriete y la persecución, y que han hecho uso y abuso de los derechos y nunca se detuvieron ante las obligaciones.
Podemos recorrer muchos sucesos, donde la izquierda vernácula se eriza ante la libertad. Basta recordar las manifestaciones de productores frente al Presidente Vázquez, que terminaban escrachados por el gobierno, acusados de ser deudores y otras yerbas, o cuando el gobierno en la pandemia apelaba a la libertad responsable, y la izquierda vociferaba, diciendo que el gobierno deseaba que la gente se contagiara.
Es hermosa esa frase que dice, “ante la duda, más libertad”, pues encierra el concepto de que a la libertad no se le teme, si se aplica la libertad.
Eso sí, tampoco debemos de olvidar, que el ejercicio de la libertad tiene como frontera los derechos de los demás.
A la misma la debemos de cultivar siempre, y no sólo reclamarla cuando están involucrados los “compañeros”.
Para recordarlo.