viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

Herencia a la Generación ALFA

Gisela Caram
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Gisela Caram

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Ps. Gisela Caram*
Es frecuente ver niños menores de 3 años sosteniendo en sus manitos un celular, recursos que usan los padres para que se entretengan.
Me pregunto, ¿Cómo será esta generación en el futuro?
La Generación Alfa, niños nacidos a partir del 2010, viene con la tecnología incorporada desde muy chiquitos.
Pero vayamos un poquito más atrás, con los nacidos a partir de 1994 en adelante, Generación Z, caracterizados por un mayor uso y familiaridad con las comunicaciones a través de internet. Esta generación, menores de 26 años ahora, ya presentaba desde la etapa escolar el uso de video juegos y la necesidad de inmediatez.
Google nos ha viciado a todos de inmediatez, que hemos ido adoptando cuando queremos saber algo o buscar a alguien.
Las relaciones humanas se han visto envueltas en la tecnología.
La digitalización de los vínculos se ha ido generalizando y naturalizando en las nuevas generaciones.
¿Qué buscamos en el “ya”?
Buscamos calmar necesidades rápidamente, de lo que sea. Pero de último, lo que necesitamos es un “no dolor”, “no afectación”, “no sufrimiento” “no soledad”.
Me pregunto que pasará con los nacidos en el 2010 y en adelante, la generación Alfa, totalmente digitalizados. Bebés que desde muy chiquitos juegan y se entretienen con los celulares de sus padres. Niños que ven a sus padres mirando más sus celulares, que a ellos.
Sin duda estas situaciones que son naturalizadas cada vez más, irán construyendo su aparato psíquico, su autoestima, sus afectos, sus diálogos, la forma de comunicarse con otros, como puedan.
¿Puede sustituirse el beso o el abrazo de los padres a los hijos?
No me atrevo a hacer futurología, pero el aparato psíquico seguirá construyéndose en el mismo tiempo, las personas podrán escabullirse con diferentes “escapes” electrónicos, pero los procesos emocionales, y las necesidades afectivas seguirán siendo genuinas al ser humano.
Quizás las nuevas generaciones puedan prescindir de una comunicación cara a cara, ser más cuidadosos con el medio ambiente, estar más digitalizados que generaciones anteriores, pero el aislarse en pantallas, no solo podrá acarrear problemas oftalmológicos, sino una dificultad de poner el cuerpo en los grupos, en las familias, en la pareja, en sostener un diálogo de frente.
Viejas y nuevas generaciones han adoptado las diferentes redes para conectarse, saludarse, conocerse y hasta cerrar relaciones afectivas sin estar cara a cara a través de un whatsapp. La adopción de mecanismos fríos y distantes para el cierre, para el fin de una relación de años o de meses, ha sido formateada.
La opción “tecnológica” es menos comprometida, porque además, evita ver el sufrimiento del otro.
Anestesiar los sentimientos escondiéndose detrás de una pantalla es algo que adoptó la gente grande también.
Todos vamos cayendo en evasiones afectivas, en la MECANIZACIÓN AFECTIVA.
Por ejemplo, a partir de una decisión unilateral de terminar una relación de pareja se comunica “on line”, frecuente en estos tiempos. Antes se pensaba una, dos y mil veces cómo hacer un cierre para no lastimar al otro, hoy se evita ver los sentimientos del otro, son negados, borrados, como si no existieran.
Las personas van cambiando, pero cuando suceden estas cosas es como que se desconoce al otro.
Parecería que mientras algunos condenan esta forma de comunicar un final, para otros es lo esperable, puesto que este vínculo se inició originalmente a través de alguna red.
Así como surge a través del ciber espacio, se cierra de la misma forma.
La digitalización de los vínculos no se instala ahora, data ya de más de veinte años. Ha ido entrando en cada uno de nosotros, en mayor o menor medida. Pero ya nadie puede evadirse.
Quizás estemos a tiempo de cuidar conductas con las nuevas generaciones, no quedar atrapados o inundados de lo nuevo, y hacer memoria de las riquezas perdidas en el tiempo, la espera del encuentro, y el encuentro, el juego con el cuerpo, las caricias, las miradas, los besos… todo lo que hace a la construcción de emociones reales y no de predominio virtual.
*Especialista en Vínculos