lunes 6 de mayo, 2024
  • 8 am

Lo importante

Padre Martín Ponce de León
Por

Padre Martín Ponce de León

388 opiniones

Por el Padre Martín Ponce De León
El relato evangélico deja bien en claro lo que es importante en el seguimiento de Jesús.
Entre lo que se dice y lo que se hace no hay lugar para dudas en la opción.
Podemos decir muy bonitas cosas pero lo importante no pasa por hermosas palabras.
Lo importante no es la seguridad que nos puede ofrecer la segura doctrina ni los rituales ofrecidos o aprendidos.
Lo verdaderamente importante es lo que se realiza como opción de vida.
Aunque lo que hagamos nos llene de inseguridades y, en oportunidades, de temores.
Sí, porque actuar es lo que llamo “salir a la intemperie” y ello siempre ofrece incomodidades.
Salir a la intemperie siempre es un primer paso en pos de lo verdaderamente importante.
Salir a la intemperie no es solucionar situaciones sino estar cerca y ello hace que las situaciones resulten interminables.
Lo verdaderamente importante es poder hacer lo que Dios espera de nosotros.
A cada uno nos pide según nuestras capacidades.
La respuesta nunca es única ni universal.
La respuesta comienza por el coraje de ser nosotros mismos.
Ser auténticos no siempre es fácil puesto que implica, muchas veces, romper esquemas pre establecidos.
Ser auténticos es animarnos a actuar sin dejarnos llevar “por la corriente” o por lo tradicional.
Ser auténticos es, en oportunidades, andar pese a no ser aceptados o ser cuestionados.
Claro que sería mucho más sencillo si lo importante fuesen las palabras que se dicen puesto que todo sería una cuestión de saber elocuentes palabras.
Pero, según el relato evangélico, para Jesús todo es cuestión de sencillas acciones.
Acciones que digan que se está a la intemperie y desde allí se tiene una notoria cercanía.
Es estar cerca para estar disponibles y ayudar a que se ayuden.
Es estar cerca para estar disponibles a brindar una mano desinteresada y solidaria.
Estar a la intemperie y ser cercanos son las dos realidades que hacen a lo importante de nuestro ser cristianos.
Intemperie y cercanía no son dos simples palabras sino que son dos realidades que dicen de una actitud de vida.
Actitud de vida porque una postura ante la vida y porque una manera de vivir la vida.
Sin lugar a dudas son dos actitudes notorias y evidentes en el actuar de Jesús.
Dos actitudes que no se pueden ignorar en lo que hace a nuestro ser seguidores del único Jesús que podemos descubrir en los relatos evangélicos.
Jesús no propone una religión ni una doctrina que se debe saber. Su propuesta dice de una postura de amor ante la vida misma.
Cuando intentamos hacer de nuestro seguir a Jesús una doctrina que hay que saber me pregunto cuál es el Jesús que decimos seguir.
Cuando lo nuestro se limita a rituales que cumplir me pregunto cuál es el Jesús que decimos prolongar.
Jesús es una actitud de vida y no podemos apartarnos de ello.
Como propuesta de actitud de vida lo suyo se nos vuelve difícil y exigente y para poderla hacer realidad es que nos regala subsidios que nos resultan imperdible ayuda.
Cuando hacemos a Jesús una doctrina o una ciencia nos apartamos de Él y lo acomodamos a nuestra comodidad.
Jesús es hacer, es actuar, es vivir como Él nos lo muestra.
Lo importante es dejarnos invadir por su forma de actuar e intentar prolongarle.